Reparar a los vivos - Maylis de Kerangal

En tercero de BUP teníamos una profesora de Ciencias Naturales cuyo método pedagógico consistía en permanecer sentada en su silla y leernos literalmente lo que estaba escrito en el libro de texto. Qué pérdida de tiempo asistir a sus clases, como si no pudiera leer yo misma el libro en cuestión en mi casa. Un día se levantó, se dirigió hacia el encerado, tomó una tiza en su mano y de su propia voz comenzó a explicarnos la lección que tocaba ese día. El tema: la duplicación del ADN. Sucedió entonces lo que para todo maestro debe ser el culmen de su carrera, el leitmotiv que le ha llevado a dedicarse a la enseñanza (suponiendo que su profesión sea vocacional): toda una clase de adolescentes sumidos en un mutismo colectivo, absortos en sus palabras, sustraídos por la magia de lo que se estaba exponiendo en aquel momento y en aquel lugar. O yo lo sentí así, tal vez mi estado de ensimismamiento era tal que no atinaba a percibir más allá de lo que se me estaba revelando: el misterio de la vida descifrado, la hermosura subyacente a las reacciones químicas y moleculares, el milagro inexplicable, que no por entendido y haber sido descubierto su truco, deja de ser menos milagro y menos inexplicable. Esa profesora nunca lo supo, pero esa única vez que durante ese curso escolar ejerció su labor, selló en parte mi destino. Mis pasos ya estaban bastante orientados hacia los estudios que proseguiría al terminar el instituto pero esa clase fue una afirmación, un ya no hay marcha atrás. Y aunque de esos estudios posteriores sólo quedan un título guardado y cuatro años de buenos recuerdos, si me hubiera decantado por otra opción, mi vida, no sé si mejor o peor, sería otra. Hoy, más de veinte años después, no me arrepiento de mi decisión, aunque mucha gente no lo entienda, aunque esta socieda conciba un formación académica que no se traduce en un puesto laboral como un fracaso, y a pesar de que poco queda de aquella muchacha que una vez, sentada en una silla de pupitre, acarició el milagro de la vida. El libro que hoy os traigo me ha hecho reencontrarme con esa chica y con la universitaria que fui después. Ha conseguido ese encuentro porque me ha vuelto a procurar un momento milagroso, me ha vuelto a mostrar la vida en estado puro, de diferente manera a hace veinte años, pero igual de implacable y de hermosa. Me ha alegrado volver a ver a esa niña. Hay cosas de ella que no me gustan, pero hay otras que ha sido una grata sorpresa descubrir que siguen en mí. Aunque mucha gente no lo entienda. No importa. Me entiendo yo.
"Alice retrocede progresivamente y todo cuanto ve se petrifica y se ilumina como en un diorama. De repente ya no es una materia absoluta lo que ve en lugar del cuerpo yacente, un material que se puede usar y que se reparte entre varios, ya no es un mecanismo detenido que se analiza para reservar las piezas buenas, sino una sustancia de una potencialidad inmensa: un cuerpo humano, su potencia y su fin, su fin humano, y esa emoción, más que una fuente de sangre vertida en un recipiente de plástico, es la que podría hacerla desmayarse."
Portada de Reparar a los vivos
Una madrugada de olas prometedoras el joven Simon Limbres, de veinte años, queda con dos de sus amigos para hacer lo que más le gusta en el mundo, surfear. Cuando regresan a sus casas la camioneta en la que viajan choca contra un árbol. Simon viaja en el asiento de en medio y, al no llevar cinturón de seguridad que lo sujete, su cuerpo sale despedido. Llega al hospital con apenas un hilo de vida pero los médicos no pueden hacer nada por él y al poco certifican su muerte cerebral. Comienza entonces una marcha atrás. La marcha atrás para avisar a sus padres, hacerles comprender y aceptar, e intentar que den su consentimiento para donar los órganos de su hijo. La marcha atrás para mantener esos órganos hasta que el cuerpo del receptor les insufle nuevamente vida. La marcha atrás para que todo el engranaje médico se ponga en funcionamiento. La marcha atrás para localizar al receptor más idóneo e intentar garantizar el éxito. "Reparar a los vivos" es la historia de la despedida de Simon Limbres de la vida; es la conmovedora y generosa historia de unos padres a los que se les ha parado el tiempo y no encuentran la manera de dar cuerda nuevamente a su reloj; es la historia de los equipos médicos implicados en la consecución de un milagro; es la historia de quien espera ese milagro; es la historia de unos órganos que esquivaron el golpe de la guadaña de la muerte y es, fundamentalmente, la historia de un corazón que contra todo pronóstico no dejó de latir. "Reparar a los vivos" es la historia de ese corazón, con toda la simbología que ello implica.
"Sin embargo, por más que esos tres seres compartan el mismo espacio, participen del mismo tiempo, nada tan alejado en este planeta como esas dos personas sumidas en el dolor y ese joven que se ha colocado ante ellos con el objetivo -sí, con el objetivo- de obtener su consentimiento para la extracción de los órganos de su hijo. Allí están un hombre y una mujer atrapados en una onda de choque, a un tiempo proyectados fuera del suelo y arrollados en una temporalidad dislocada -una continuidad quebrada por la muerte de Simon pero una continuidad que, cual pato sin cabeza corriendo por el corral de una granja, continuaba, una locura-, una temporalidad cuyo dolor tejía la materia, un hombre y una mujer que concentraban sobre sus cabezas la tragedia plena del mundo, y ahí está ese joven con bata blanca, involucrado y cauto, preparado para sostener esa entrevista sin quemar etapas, pero que ha abierto una cuenta atrás en un rincón de su cerebro, consciente de que un cuerpo en estado de muerte encefálica se degrada, y de que hay que actuar con rapidez: atrapado en esa torsión."
Tengo dicho por activa y por pasiva a todo el que me quiera escuchar, que cuando me muera, si es posible, quiero que se donen mis órganos. Todo lo que se pueda. Si no pueden ser utilizados para el trasplante que se donen a la ciencia. Si no queda nada para enterrar o incinerar, mejor. No lo considero generosidad, al fin y al cabo yo ya no necesitaré de mi cuerpo. Pero claro, yo veo la muerte lejana, y en esa lejanía la miro desde la distancia. Y en mi egocentrismo (ya veis otra vez que no se trata de generosidad) no se me ocurre pensar que la situación pueda invertirse. ¿Y si es a mí a la que le toca decidir sobre el cuerpo difunto de un ser querido? La decisión siempre he pensado que la tendría clara, uno tiende erróneamente a extender sus convicciones hacia los demás. Pero nuevamente vuelvo a mirar la muerte desde la distancia. Cuando uno está implicado, cuando está en el centro del huracán, cuando se le para el reloj como se les paró a los padres de Simon, ocurre a veces que la vida te hace tragarte tus convicciones. No, tragártelas no, atragantarte con ellas.
"...el pasado se ha agrandado de golpe, ogro engullidor de vida, y el presente es un simple y delgadísimo umbral, una línea más allá de la cual no existe ya nada conocido."
pasillos onkologikoa. Fotografía de Onkologikoa San Sebastián
No es que este sea el caso de los padres de Simon, es sólo que, al acompañarlos en su dolor, me ha sido imposible sustraerme a pasar por mi propio vía crucis. Os he dicho que este libro es la historia de un corazón pero también todas las historias que van unidas a él, pero si hay alguna entre todas ellas que merece una mención a parte, es la historia de Marianne y Sean, los padres de Simon. Por su entrega, por su conmoción, por lo que dejan en este libro, por lo que se les ha quitado y nos han dado y a la vez nos han agarrado y tirado de nosotros y despojado... Hay que hacer un inciso también, o un homenaje, a todos los profesionales implicados en un trasplante. A todo el equipo humano que está detrás de esa tiránica tarea. Con todo lo que el término humano implica. Y hay que hacerle una ovación, y enorme, a Maylis de Kerangal, la autora de esta novela. Porque esto es una novela, por si no os lo había dicho, se trata de ficción, por muy real que nos parezca todo lo que sucede en ella. Todo es ficción y todo es verdad, más verdad que si lo que nos contasen en sus páginas fuese una historia real. La escritora francesa me desarma desde la primera frase. Y continúa así, implacable e impecable. Escribe y escenifica como a cámara lenta, pum, pum, pum, como al ritmo de los latidos de un corazón, del corazón de Simon Limbres. Y acomoda nuestros latidos al suyo. Nos lo encoge, lo detiene, lo acelera, juega con hacérnoslo parar y... venga, otra propulsión de sangre, otra vuelta a la vida. Maylis de Kerangal disecciona, cercena, desmenuza lo vivo y a la vez da vida a lo inerte.
"Porque ese cuerpo que la vida ha reventado recobra su unidad bajo la mano que lo lava, en el hálito de voz que canta; ese cuerpo que ha sufrido fuera de lo común accede ahora a la muerte común, a la compañía de los hombres. Pasa a ser objeto de alabanzas, lo están embelleciendo."
Pero no nos olvidemos del corazón, el protagonista de esta historia. El corazón, despojado recientemente de su supremacía sobre la vida por el cerebro y, sin embargo, en cuestión de simbolismo, no hay quien le haga abdicar de su reinado. El corazón es algo físico, fisiológico, mecánico. Dicho así parece algo frío, pero la excelente prosa de esta autora es la sangre que le insufla vida y le da calor, y es también, la que ha hecho que vuelva a acariciar maravillada tantos años después el milagro de la vida.

El cuerpo de Simon necesitará ser reparado tras la extracción para presentarlo a sus padres. Hay que reparar a los muertos. Pero quienes más necesitamos reparación somos los que nos quedamos aquí, los vivos. El corazón de Simon reparará el cuerpo de la mujer que lo recibirá. Marianne y Sean también necesitarán reparar los destrozos que ocasionó en sus vidas esa camioneta incrustada en ese árbol. Todos necesitamos ser reparados en algún modo. Al leer este libro he encontrado una emoción en mí que creía perdida, una emoción además que aunque sabía que existía no conocía en nadie más. Y al reconocerla en la autora y pensar además que alguien más que pudiera leerlo alcanzara a sentirla me he sentido comprendida y me he sentido menos sola. Maylis de Kerangal me ha reparado con este libro y eso me ha hecho sentirme viva. A pesar de todo lo dejado por el camino.
"...y por primera vez recobran la respiración desde el anuncio de la catástrofe, por vez primera vez se construyen un nido de recogimiento dentro de su quebranto, y basta acercarse, basta hacerlo suave y quedamente, para oír sus corazones que bombean juntos la vida que sigue, y percuten, tumultuosos, como si hubiese finos sensores colocados sobre las válvulas que emitieran líneas infrasonoras, esas líneas que desfilaban por el espacio, enlazando Japón, el mar Seto, una isla, una playa salvaje y esa cabaña de madera donde se archivan los latidos de los corazones humanos, esas huellas cardíacas recogidas en el mundo entero, depositadas o registradas allí por quienes hayan realizado todo el viaje,..."
A beautiful heart can bring things into your life that all the money in the world couldn't obtain. Fotografía de Kate Ter Haar

Ficha del libro: 
Título: Reparar a los vivos
Autor: Maylis de Kerangal
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2015
Nº de páginas: 248


Esta novela está ambientada en Francia pero el tema que trata es o más bien debería ser universal (los países más pobres como siempre se quedan fuera). Por ello creo que no importa demasiado que el vídeo que os dejo a continuación sea de la Organización Nacional de Trasplantes española, más teniendo en cuenta que es un referente a nivel mundial. Bien merece también un homenaje y un lugar en esta reseña. Los donantes y sus familias, por supuesto, también.


ONT 25 ANIVERSARIO - El espíritu de la ONT from ONT on Vimeo.

Comentarios

  1. Muy duro. Me la apunto pero con una anotación- requiere un momento especial.
    besos

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    1. Requiere su tiempo y su espacio. No es un libro para cualquier momento. Espero que lo disfrutes.
      Besos!!

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  2. Creo que me puede gustar, así que voy a buscar más cosas de este título. Buen método el de tu profesora, jaja... Un beso!

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    1. Cansar no se cansaba mucho, no ;)
      Espero que te animes a leerlo. Ya me contarás.
      Besos!!

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  3. ¡Muchas gracias por tu reseña, me ha encantado! No conocía el libro pero has hecho que me llame muchísimo la atención. Veré si puedo conseguirlo.
    ¡Besos!

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    1. Me alegra que te haya gustado.
      Yo lo conseguí en la biblio. Espero que puedas hacerte con él.
      Besos!!

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  4. Tiene pinta de ser duro pero creo que me va a gustar, me lo llevo anotado.

    bsos!

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  5. Hola!!! sin duda este es uno de esos libros que tienes que leen con tiempo y disfrutando de cada una de sus palabras, y aunque es un historia duda, creo que lo leere. Gracias por la reseña
    Un abrazo

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    1. Muy dura, especialmente lo referente a los padres de Simon. Pero también es preciosa, conmovedora sin caer en el sentimentalismo y narrada de forma muy especial.
      Gracias a ti por pasarte.
      Besos!!

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  6. Muy interesante el libro reseñado y tu reseña. Has cumplido tu propósito, despertar el interés por leerlo. Gracias por el post.

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    1. Gracias a ti por tu visita. Espero que te guste si te animas a leerlo.
      Saludos.

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  7. Pues la verdad es que parece una historia muy dura. La perdida de un hijo es siempre difícil, y tener que decidir que hacer con sus órganos en ese momento de dolor.
    Sin embargo se nota lo mucho que te ha gustado la novela, que la has disfrutado.
    Me la llevo apuntada porque creo que podría gustarme mucho.
    Besos!

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    1. Sí que es un historia dura y también es verdad que me ha gustado mucho. Espero que tú también la disfrutes.
      Besos!!

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  8. La reseña es muy bonita. Lo que me retiene un poco para la lectura es precisamente el nivel de "empatía" que se puede alcanzar, el tono con que se cuenta, por lo demás es un libro que como te dije espero leer.
    Es verdad que una puede optar por determinadas decisiones pero valorar desde otro ángulo o llegado el caso, en fin, nos pasa siempre.
    No me extraña que la profe te encandilará con este tema, a mi también me parece algo fascinante (aunque yo no tomé esos derroteros)=.
    Besos

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    1. No es un libro que fuerce la búsqueda de esa "empatía" que mencionas, pero al final resulta imposible sustraerse a sentirla. Precisamente por esa implicación que requiere del lector tal vez sea necesario elegir cuidadosamente el momento para leerlo. Espero que lo disfrutes cuando ese momento llegue.
      El tema es fascinante, no cabe duda.
      Besos!!

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  9. Preciosa reseña, me encanta esa anécdota del principio. Está claro que es un libro de los que remueve conciencias, al menos es lo que me has transmitido. Creo que en España la donación de órganos es una tema aceptado socialmente y de hecho mucha gente ya deja por escrito su decisión en caso de muerte, para ahorrar ese sufrimiento a los familiares. Detecto una gran capacidad de empatía y sensibilidad en este pajarillo...No veo herramientas mejores para disfrutar de la literatura y de la vida (y sufrirla).
    Un abrazo!!

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    1. Más que remover conciencias este libro remueve sentimientos. No se busca concienciar a nadie, sino mostrar a todas las partes involucradas en un trasplante. Sin embargo con ello tal vez consiga ese efecto.
      Es verdad que en España somos muy solidarios en este sentido. O tal vez, como comento en la reseña, no se trata solo de solidaridad y generosidad. Al final del vídeo que he dejado una mujer que donó los órganos de sus hijos comenta que con el paso de los años ese es precisamente el único consuelo que le ha quedado.
      No sé si lo mío es empatía, sensibilidad o simplemente masoquismo, pero al final los libros que más sufro son los que más me gustan. Y sí, la literatura es un poco como la vida. La literatrua es vida.
      Besos!!

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  10. Wow, una reseña fantástica, de verdad: tu introducción me dejó embelesada y el comentario del libro me absorbió completamente: no lo conocía y te aseguro que ya lo tengo en la lista de los "secuestrables" en mi próxima visita a la biblioteca. Me parece un tema duro, de esos que hurgan en sentimientos y sensibilidades, pero creo que es una de esas historias necesarias, que seguro te amplían miras sobre la opinión que tengas acerca del tema de las donaciones... Vamos, que me voy totalmente convencida de que esta historia me gustará. 1beso!

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    1. Te hace ponerte en el lugar de todas las pares implicadas, y tal vez esto indirectamente te haga ampliar miras. Espero que puedas conseguirlo en la biblio y que te guste tanto como a mí. Me alegra que te haya gustado la reseña.
      Besos!!

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  11. Maravillosa reseña. Muy ilustrativa la "anécdota" que cuentas del día que aquella maestra le dio por ejercer de tal (cuántas veces los profesores siguen estando desmotivados, olvidando su pasión y "robando", así, a los alumnos de esa pasión que puede llevarles a la suya propia o, al menos, a que realmente se provoque interés en los alumnos). Y muy ilustrativa también de cómo los libros nos devuelven "partes" de nosotras mismas.

    Yo pensaba también en donar, pero soy un poco inservible para el tema de donación por razones que no vienen al caso, así que mi decisión es donar mi cuerpo a la ciencia e investigación. Tampoco es generosidad, es egoísmo. Pasado un tiempo, te incineran ellos mismos y le dan tus restos a la familia. Es económico y es útil para la sociedad. Y seguro que mi cuerpo tiene mucho que estudiar, jajajjaja

    Sobre el libro (que me voy por los cerros de Úbeda), al principio, cuando lo conocí, no sé la razón, lo descarté, aunque varias veces lo tuve en las manos en las librerías. Con el tiempo y leyendo reseñas por un lado y otro, me convenció...y ya forma parte de mis estanterías. ¿Cómo me las arreglo para adquirir más rápido de lo que leo? :o

    Un abrazo

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    1. Estuve a punto de empezar advirtiendo sobre el primer párrafo para aquel que se lo quisiera saltar, porque vaya rollo que os he soltado. Pero pensé también que si no lo contaba no se iba a entender mi historia con este libro, aunque al final me quedé con la duda de si al hacer la reseña tan personal tal vez consiguiera el efecto contrario al deseado. Así que me alegra saber que has captado lo que quería expresar.
      Hay partes de mi cuerpo que también tengo serias dudas de que sirvan para la donación, por razones que tampoco vienen al caso. Lo que tengo claro es que a mí mi cuerpo ya no me va a hacer falta, así que todo aquello que pueda tener alguna utilidad que se use. Lo veo como una especie de reciclaje.
      Yo me modero en las adquisiciones, pero también es cierto que apunto muchos más libros de los que luego me da tiempo a leer. Espero que no te hayamos creado entre todos demasiadas expectativas y que lo disfrutes cuando le llegue su lugar.
      Besos!!

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  12. Muy pocos piensan igual, y es que el tema de donación de órganos es delicado aunque ahora se acepte más. En lo personal igual quiero que donen mi órganos, pero nunca con fines científicos, he visto en mi escuela lo que hacen con los cuerpos y todo y no quedan ganas de que parte de mi pase por eso, aunque ya no sienta ni nada.
    Excelente reseña. Me apunto el libro. ¡Saludos!

    -Kelly Lopez

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    1. Sé que precisamente esto que comentas es lo que tira a muchas personas para atrás, no solo respecto a su cuerpo, sino respecto al de los familiares. Para mí, en cambio, no supone ningún problema, no soy nada aprensiva respecto a que me corten, troceen o descuarticen (una vez muerta, claro está), pero entiendo y respeto la postura contraria.
      Espero que te guste el libro si finalmente te animas a leerlo.
      Besos!!

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  13. El libro cuanta una magnífica historia y la trata de una forma muy directa y sin tapujos. Pese a que el punto de vista me´dico es clave uno no se pierde, aunque es cierto que frena un poco el ritmo y la capacidad de empatizar con la novela. Con todo, me gustó. Aunque creo que se le podría haber exprimido un poquito más
    Besos

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    1. A mí, en cambio, no me frenó el ritmo, y me gustó que se tuviera en cuenta el punto de vista médico. Pienso también que ayuda al lector a sobrellevar mejor toda la carga emocional de los padres de Simon, le da como un respiro. Coincido contigo en que se podría haber exprimido un poco más. La parte de la receptora del corazón podría haberse profundizado más, no sé si tú también vas por ahí. En cualquier caso es un tema difícil y delicado, y pienso que la autora lo aborda con mucho tacto y sensibilidad, pero también como bien dices, de forma directa y sin tapujos.
      Besos!!

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  14. ¡Hola! me he abierto un blog hace poquito y estoy empezando a hacer reseñas. Tengo muchas ganas de ir haciéndolo cada vez mejor, así que me seguiré pasando por aquí ¿nos seguimos?
    Un abrazo, la Utah.

    Mi blog es http://loslibrosdeutah.blogspot.com.es ♡

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    1. Bienvenida a mi blog y al mundo blogger. Me paso por el tuyo encantada.
      Saludos.

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  15. Hola,
    he llegado por azar a tu blog y me ha gustado tu manera de contar, ese enlazar tus recuerdos con el libro que reseñas.

    El libro de momento no me apetece leerlo por la dureza que intuyo y para la que ahora no tengo ganas, me ha hecho sonreír y pensar en esos recuerdos que de repente nos hacen reencontrarnos con nosotros mismos, un profesor, un objeto, una situación.

    Si te apetece yo últimamente he contado sobre esto en mi blog, sobre un objeto que de repente te recuerda todos tus sueños, lo que quisiste ser y las opciones que en la vida has escogido con el relato de la bicicleta azul o también sobre el papel que pueden tener nuestros profesores abriendo mentes o destruyendo sueños con el relato de Incomprensión pedagógica. Si te animas, me encantará saber tu opinión.

    Un saludo.

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    1. Es una historia dura, sí, probablemente no para todos los lectores ni para todos los momentos.
      No sólo los objetos, los libros también tiene a veces el poder de devolvernos partes de nosotros mismos. Conmigo este libro lo ha hecho.
      Me pasaré encantada por tu blog.
      Saludos.

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  16. Llego a esta reseña con más de dos años de retraso, pero cuánto sentiría habérmela perdido. Me veo en ella en varios aspectos.
    Como profesora de Biología que se moriría de vergüenza si se sentara en una silla y leyera el libro al pie de la letra. Como profesora que se entusiasma explicando el ADN y su expresión en proteínas y cuando les muestro en el ordenador el código genético les explico que son las instrucciones de la vida.
    ¿Debo entender que has estudiado Biología? Siempre he pensado que la formación va mucho más allá del trabajo con el que te ganas la vida, de hecho, cuando empecé a trabajar empecé a estudiar lo que entonces era Geografía e Historia... hasta que nació mi hijo y ya no daba abasto.
    Soy partidaria de las donaciones para trasplantes y creo que, ante el caso de tener que decidir, no me echaría atrás (claro nunca se sabe hasta que el momento no llega) y no por generosidad, sino por puro egoísmo: sé que me serviría de consuelo saber que mi ser querido no ha muerto del todo y una parte de él sigue caminando por el mundo viva y dando vida.
    Un beso.

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    1. Entiendes bien. En una vida anterior, como digo yo, o, más bien, hace media vida.
      Yo también creo que la formación va más allá de la vida laboral que luego desarrolle cada uno. Todo suma y nos formamos también como personas. El problema de la sociedad en la que vivimos es que esto no se valora y no se ve así.
      Yo concilio muy bien la literatura con la biología, porque pienso que ambas, con un alfabeto de veintisiete caracteres o con un código de cuatro letras, intentan explicar la vida. Esta novela lo conjuga muy bien con la historia de ese corazón.
      Independientemente de lo que a mí me haya tocado (todos tenemos 'nuestros' libros por los motivos más peregrinos) esta novela, como explico en la reseña, tiene virtudes suficientes para impresionar y llegar a cualquiera que se anime a leerla. Espero que sea tu caso, pues presumo, tal vez equivocadamente, que has llegado hasta aquí interesándote por otros libros de Maylis de Kerangal tras la lectura de Lampedusa. Acompáñame a ese corazón y dale un abrazo a los padres de Simon de mi parte.
      Besos

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  17. Vaya, pues ya tenemos algo más en común. Biólogas y amantes de un cierto tipo de libros.
    Sí, llegué aquí desde Lampedusa cuya reseña acababa de terminar.
    Por supuesto que iré a que me presentes a los padres de Simon. Y no creo que tarde.
    Un beso.

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