Blonde - Joyce Carol Oates
«Aunque vivía sola en una habitación pequeña y miserable de Burbank, en un sitio nuevo y extraño donde nadie la conocía y estaba obligada a compartir el cuarto de baño con otras dos huéspedes, a veces reía en voz alta, sorprendida de su propia felicidad. ¡Era libre! ¡Estaba sola! Por primera vez en su vida estaba verdaderamente sola. No como huérfana. No como hija adoptiva. No como la hija, la nuera o la esposa de alguien. Esto era un lujo para ella. Se le antojaba una vida robada. Era una mujer trabajadora . Llevaba a casa su paga semanal, cobraba en cheques y canjeaba esos cheques por efectivo en el banco como cualquier adulto». «[...] descubrió que bastaba con cambiar las toallas una vez a la semana, o incluso menos. Que bastaba con cambiar las sábanas una vez a la semana, o incluso menos. Porque ya no había un marido joven, fuerte y sudoroso que las ensuciara y ella se mantenía escrupulosamente limpia, bañándose tan a menudo como podía, lavando a mano su camisón, su ropa interior