Tenemos que hablar de Kevin - Lionel Shriver
Tenemos que hablar. Se hace el silencio, estas tres palabras no presagian nada bueno. Rehuimos la mirada de nuestro interlocutor, sentimos un leve mareo y un tenue sudor frío impregna nuestra piel. Tomamos aire que retenemos en nuestros pulmones, uno, dos, tres segundos. Exhalamos por fin y levantamos la mirada. Un acuerdo tácito para que el otro empiece a hablar. Las palabras salen y la verdad contenida hace estallar el silencio en mil pedazos. Las aristas del silencio roto son afiladas y hacen daño. Las heridas no son cortes limpios, sabemos que tardarán en cicatrizar y que cuando lo hagan cerrarán en falso. Tenemos que hablar, el preludio de lo que no queremos escuchar, la antesala de ese momento crítico a partir del cual nada será igual. Tenemos que hablar, cojo aire y abro el libro. Sé que no voy a salir ilesa. Sé que tras su lectura algo va a cambiar. Algo dentro de mí se romperá.
"Esto es todo lo que sé: que el día 1 de abril de 1983 di a luz un hijo, y no sentí nada. De nuevo la verdad es siempre más amplia de lo que hacemos nosotros de ella. Mientras aquel niño rechazaba mi pecho, por el que sentía una total repugnancia, yo también empecé a rechazarlo. Tal vez tuviera sólo una decimoquinta parte de mi estatura, pero por aquel entonces me pareció una batalla justa. Desde ese momento nos combatimos el uno al otro con una implacable ferocidad."
"Tenemos que hablar de Kevin". Cuántas veces habrá querido pronunciar estas palabras la protagonista de este libro. Cuántas veces las habrá callado por saber que no serían escuchadas. Cuando por fin llega esa temida conversación ya es tarde para todo, pero aun así es necesaria. La conversación se convertirá en monólogo o soliloquio, y la mujer, de nombre Eva y apellido impronunciable, comienza a escribir cartas dirigidas a su marido. Querido Franklin, así empieza cada capítulo de esta novela, y así Eva escribe y escribe, y habla y habla, y cuenta y cuenta, y suelta y suelta lastre, y no se deja nada, se abre en canal, lo saca todo. Porque Eva no sólo escribe para Franklin, escribe para ella, en una especie de catarsis que la purificará o la condenará. Pero Eva ya ha empezado y ya no puede parar.
Eva. Qué nombre tan apropiado para una madre. No sé si Lionel Shriver lo habrá elegido a posta pero a mí se me antoja cuanto menos revelador. Esta no es la historia de una mujer, es la historia de una madre. La mujer murió cuando nació la madre. Y Eva empieza contándola desde el principio, no desde cuando da a luz a su hijo (el Kevin del título), no, sino desde el momento en que decide ser madre. Y termina por el final, cuando Kevin con dieciséis años comete un acto abominable.
Eva. Qué nombre tan apropiado para una madre. No sé si Lionel Shriver lo habrá elegido a posta pero a mí se me antoja cuanto menos revelador. Esta no es la historia de una mujer, es la historia de una madre. La mujer murió cuando nació la madre. Y Eva empieza contándola desde el principio, no desde cuando da a luz a su hijo (el Kevin del título), no, sino desde el momento en que decide ser madre. Y termina por el final, cuando Kevin con dieciséis años comete un acto abominable.
"Tal vez había pasado el tiempo suficiente girando a tu alrededor para inbuirme de tu profunda convicción de que una familia feliz no puede ser meramente un mito o de que, aunque lo fuera, más vale morir intentando lo bello, aunque inasequible, que sumirse en la pasiva y cínica resignación de que el infierno sean las personas a las que estás unido."
Eva sufre un rechazo hacia su hijo desde el primer momento. Es incapaz de quererlo. Kevin es un niño complicado cuyo comportamiento no ayuda a paliar la frialdad de su madre. Franklin en cambio vivirá su paternidad de una manera diametralmente opuesta. Tiene por fin la familia feliz que siempre ha deseado. Se muestra cariñoso y permisivo hacia su pequeño y no da crédito a las quejas de Eva. Eva intenta llegar a su hijo pero todos sus esfuerzos son estériles. Asiste impotente a la cruda realidad. Kevin le ha robado lo que más quería en la vida: su marido.
"-No vuelvas a decir eso nunca más -protestaste con la cara roja como la grana-. [...]Fue entonces cuando me eché a llorar. Había compartido contigo hasta mis fantasías sexuales más sórdidas, las cuales violaban de un modo indecible todas las normas heterosexuales, algo que la vergüenza me impediría recordar si no fuera porque habías correspondido confesándome tus fantasías más abyectas y no creía que hubiera cosas que alguno de los dos no pudiera decir nunca, jamás. ¿Qué esperabas, niña...? ¿Qué esperabas...?"
"We live in a wonderful worl...". Fotografía de Kate Ter Haar |
Y os aseguro que esta ambiciosa novela da para mucho pensar. Son muchas las preguntas formuladas y muy pocas las respuestas. No se trata sólo del descarnado testimonio de una madre intentado aprender a querer a su hijo a base de dolor y sufrimiento. Es una demoledora reflexión sobre la culpabilidad y la responsabilidad de los padres respecto a sus hijos, sobre cuánto más le exige la sociedad a una madre que a un padre, sobre las diferentes posturas adoptadas por ambos progenitores en la educación de los hijos y sobre cómo afecta a la vida de pareja la paternidad. Y es también una crítica feroz a la sociedad estadounidense y su clase alta (la cultura de ese país está muy presente a lo largo de toda la novela), y por extensión a toda la sociedad occidental. Pero por encima de todo esta novela es la voz de Eva. Eva reconociendo lo irreparable. Eva asumiendo la no vuelta atrás. Eva gritando su condena final. Un hijo es para siempre.
"Kevin me ha introducido en un mundo realmente distinto, completamente extranjero para mí. Puedo decirlo con seguridad porque la prueba más clara de que te sientes extranjera en algún lugar es que te reconcome una lacerante y constante ansia de volver al hogar."
Libros como este justifican los blogs y las reseñas literarias. No escribimos para dar nuestra opinión sobre los libros que leemos. Tampoco lo hacemos para ayudaros a elegir vuestra próxima lectura. No escribimos para vosotros, lo hacemos para nosotros, por nosotros. Igual que Eva no escribe para Franklin, escribe para ella. Hay libros que dan y quitan demasiado. Hay libros que nos rompen algo por dentro. Hay libros que nos recomponen, que liman las asperezas de los trozos y los acomodan. Me gustaría pensar que todos llegamos a este mundo intactos. No seré yo quien diga si Kevin nació roto o en algún momento se truncó. En cualquier caso la vida hiere, nos deja pequeñas fisuras a veces, otras grietas que suponen un abismo insalvable. Hay que sellar y difuminar. Hay que reaprender y recomenzar. Por eso leo. Por eso escribo de lo que leo. Es mi propia catarsis.
"Es posible que me esté haciendo la pregunta equivocada. Pero, en cualquier caso, oscilando violentamente entre la exoneración y la autoflagelación, no he conseguido más que agotarme. No sé. Al final del día, no tengo ya ninguna idea. Y esa ignorancia serena y pura se ha convertido en una especie de extraño consuelo. La verdad es que tanto si decidiera que soy inocente como si me confesara culpable, ¿qué diferencia habría?"
gym. Fotografía de tanjila ahmed |
Ficha del libro:
Título: Tenemos que hablar de Kevin
Autor: Lionel Shriver
Traductor: Javier Calzada
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2007
Nº de páginas: 608
Más sobre "Tenemos que hablar de Kevin"
Esta novela cuenta con una adaptación al cine que se estrenó en 2011 y ha recibido numerosos premios y reconocimientos.
Tengo ganas de leer esta novela desde hace bastante tiempo que la descubrí en uno de los blogs que sigo, me parece que tiene que resultar una lectura muy interesante
ResponderEliminarBesos
Yo también la descubrí hace poco en un blog a pesar de que hace algunos años que se publicó. Su lectura es más que interesante. Espero que así te resulte si la lees.
EliminarBesos!!
Desde luego detrás de las palabras "tenemos que hablar" nunca viene nada bueno. Es un libro que me gustaría leer. Un beso.
ResponderEliminarYa ponen sobre aviso. Espero que te guste el libro si finalmente lo lees.
EliminarBesos!!
Ya había leído alguna otra reseña de esta novela, y me apetece leerla. Una gran reseña.
ResponderEliminarBesos!
Me alegra que te haya gustado. Espero que disfrutes el libro si lo lees. Bueno, no sé si disfrutar es la palabra más indicada en este caso. Espero que cumpla tus expectativas.
EliminarBesos!!
Siempre que veo este libro comento lo mismo. Cometí el error de ver la película antes que el libro, y claro, intento dejar que pase el tiempo y "olvidar". Difícil ¿verdad?
ResponderEliminarSuscribo tu último párrafo, escribimos por y para nosotros, compartiendo, sí, pero no con el afán de que te digan "me lo llevo" o no. No son los libros, son las lecturas, cómo leemos, siempre lo digo.
Esta lectura requiere de darte un abrazo :) Te lo doy.
O peli o libro. Si lees primero el libro la película suele decepcionar (no necesariamente porque sea mala, también hay que ser justos) y si ves primero la adaptación al cine al leer el libro solo ves la peli.
EliminarSiempre digo que hay tantas versiones de un un libro, o que el libro tiene tantas vidas como lectores tiene. Y al final es eso lo que compartimos, no el libro, sino la lectura que hacemos de él.
Recibo tu abrazo con agradecimiento y me dejo abrazar. Como si fuera Eva envuelta en los brazos de Franklyn, o por qué no, en los de Kevin.
Te mando un beso de vuelta.
Me encantó y me enganchó a lo bestia. Creo que tienes razón en lo de que el argumento otorga una excusa enorme para no tener desarrollado el sentido maternal, y no tendría porque ser asi. Pero si ya, "con la excusa" es de por si una novela valiente, imagínate sin ella. Besos!
ResponderEliminarHubiese sido brutal. Y me quedo con las ganas de leer algo así. Aun así la "excusa" a la que recurre la autora es un filón, un tema arriesgado y valiente también, y da para mucho reflexionar.
EliminarMe apunté esta lectura cuando leí tu reseña en tu blog, así que gracias por lo que me llevo.
Besos!!
Lo quiero, y lo quiero cuanto antes. La reseña es brutal :D mil gracias!
ResponderEliminarBesos
El libro también es brutal. Espero que te guste. Gracias a ti por pasarte y comentar.
EliminarBesos!!
Me lo apunto¡¡¡¡
ResponderEliminarquiero este libro¡¡¡
genial reseña¡¡¡ un besazo¡¡ te cuento pronto¡¡¡
Pues cuenta, cuenta ;)
EliminarMe ha encantado la entrada, sobre todo el párrafo final sobre el motivo que nos lleva a escribir a los bloggers.
ResponderEliminarCon respecto al libro, lo conozco a raíz de la peli la cual me dejó con el corazón encogido. Es uno de mis pendientes y sé que lo leeré pero a veces me paso de intensa con la lectura y necesito mi tiempo para hacerme a la idea.
¡Un saludoo!
A mí también me gustan las lecturas intensas y sé por experiencia que a veces hace falta intercalar alguna más ligerita. Espero que cuando lo leas te gueste tanto como la película.
EliminarBesos!!
¡Hola!
ResponderEliminarMe parece que yo también acabaré leyéndolo porque pinta fenomenal.
Gracias por tan buena reseña.
Besos.
Espero que te guste. Gracias a ti por pasarte.
EliminarBesos!!
¡Hola! No conocía este libro, pero me ha encantado tu reseña. Sin duda trata un tema duro, desmitificar la bondad de la maternidad, pero me parece interesante. Besos
ResponderEliminarUn tema duro y muy bien tratado, de forma realista y sin melodramas. Me alegra que te haya gustado la reseña.
EliminarBesos!!
Tremenda reseña... No conocía este título, pero aborda un tema tremendo, y parece que lo hace con valentía (excepto que, como dices, intuyo que a mí también me habría gustado más que no fuese necesaria la justificación).
ResponderEliminarY también concuerdo contigo en que todos escribimos para nosotros, para ponernos en orden y explicarnos lo que no pudimos entender, o procesar, o colocar.
Besos.
Es lo que le hubiera faltado para ser realmente valiente. Aun así, la 'justificación' que elige es más que interesante y hace de esta novela una lectura más que recomendable.
EliminarEscribimos para nosotros, indudablemente. Para ayudarnos a procesar el libro. Y con libros como este es más necesario que nunca.
Besos!!
Te debo decir que te has superado con ésta reseña. Ya lo tenía apuntado porque me parece un libro muy interesante, el rechazo de una madre por su hijo no es algo sobre lo que estemos acostumbrados a leer y me picó la curiosidad.
ResponderEliminarSe nota que éste libro te ha calado hondo.
Un beso.
Creo que es imposible leer este libro y que no llegue. Por la generosidad y sinceridad con la que la protagonista cuenta su historia. Si finalmente lo lees ya me contarás qué te ha parecido.
EliminarBesos!!
¡Hola!
ResponderEliminarNo había oído hablar de este libro pero tiene muy buena pinta. Tu reseña me ha dejado con muchas ganas de leerlo.Por cierto soy de la iniciativa blogs asociados ya sigo al blog.
Un beso
Es un libro duro pero merece mucho la pena leerlo.
EliminarBienvenida, Abbie.
A mí me has ganado definitivamente cuando he llegado a la frase "Y os aseguro que esta ambiciosa novela da para mucho pensar. Son muchas las preguntas formuladas y muy pocas las respuestas." Con lo que me gusta a mí darle vueltas a las cosas... Tengo alma de filólogo pero cabeza, al parecer, de filósofa, jeje. Más que anotado Lástima no haberme pasado antes por aquí porque hubo nuevo cargamento librero el viernes y ya se hubiese venido conmigo...
ResponderEliminarBesines,
No es mala combinación la tuya: filóloga-filósofa. Para el próximo cargamento ya sabes, tenlo en cuenta.
EliminarBesos!!
Me parece un libro magnífico, como dices muy ambicioso pero cumple con creces su cometido. Una historia dura que más que resolver preguntas parece pretender reflejar unas vidas hacia atrás. Quien no ha pensado alguna vez ante este tipo de tragedias: en su casa no notaban nada?
ResponderEliminarBesos
Vaya si cumple. Porque hay libros que intentan abarcar mucho pero no llegan a todo. En este caso profundiza muy bien en todo lo que se propone. Y yo añodo otra pregunta a la tuya: ¿Podría haberse evitado?
EliminarBesos