Persuasión - Jane Austen

Cuántos múltiples caminos se entrecruzan en el horizonte de nuestros destinos. El tomar uno implica cerrar el paso a los demás. Decisiones que no sabemos si nos depararán un futuro más halagüeño: ¿cómo saber a dónde nos hubiera conducido el desvío dejado atrás?; decisiones que no siempre tomamos en base sólo a nuestros sentimientos. Persuadir es influir, convencer a alguien de hacer algo o de dejar de hacerlo; en definitiva, hacer que cambie el camino que tenía pensado seguir. El acto de persuasión no siempre redunda en beneficio propio; muchas son las ocasiones en las que se procura la felicidad y el bienestar de la persona sobre la que se pretende influir. Pero, ¿acaso las buenas intenciones por sí mismas bastan? ¿Quién tiene el poder de visionar el futuro? ¿Quién puede asegurar que el destino se comporte según lo calculado? Tal vez nos falten datos para augurar que el camino descartado pudiese ser más dulce de transitar de lo imaginado.

Mrs. Russell no duda de que su buena intención y su experiencia en la vida son suficientes para aconsejar y persuadir a su querida niña Anne Elliot. Anne, que ha heredado de su difunta madre el cariño de esta buena mujer, no duda en tomar por prudentes y certeras las palabras de su amiga. A sus diecinueve años se encuentra profundamente enamorada del joven Frederick Wentworth, sentimiento que es correspondido; sin embargo, también es consciente de que sin una familia que respalde a su enamorado y siendo el oficio de marino de éste tan incierto, su futuro en común pende de un hilo y un noviazgo largo e impredecible tal vez no sea la mejor de las opciones. Joven, pero juiciosa, decide dar por buenos los consejos de Mrs. Russell y poner fin a sus relaciones con Frederick. Pero nadie ha dicho que los caminos sean rectos y, por tanto, una vez que se bifurcan, irreconciliables. Tras ocho años de separación, el azar brinda una segunda oportunidad y logrará el anhelado encuentro de nuestra heroína con el que por entonces se habrá convertido en el apuesto y encantador Capitán Wentworth.
"Ella lo entendía perfectamente. No la perdonaba, pero no le era indiferente. La condenaba por lo ocurrido años atrás, le guardaba un rencor hondo e infinito, no tenía respecto de ella pensamiento alguno, estaba a punto de iniciar una relación con otra mujer, y sin embargo no podía verla padecer. Esto era una señal de lo que en el pasado había sentido por ella, un impulso de amistad pura que a él le pasaba inadvertida, una muestra de su bondad y ternura, y Anne no podía evitar sentir una emoción profunda en la que se mezclaban de tal manera el dolor y el gozo, que no atinaba a saber cuál de los dos prevalecía."
Dolor y gozo, contradictorios serán los sentimientos que el regreso del Capitán Wentworth despierten en Anne. La muchacha es ya una joven mujer, dulce, discreta, serena y sensata. Su carácter la hace pasar a menudo desapercibida, más teniendo en cuenta el entorno en el que se mueve. Su padre, el baronet Sir Elliot, y su hermana mayor, se preocupan más de su condición social y del qué dirán que de Anne, y su otra hermana, ya casada, aunque le presta atención, ésta no es más que originada por un comportamiento absorbente y egoísta. Afortunadamente, Miss Elliot cultiva otras relaciones que sí le demuestran honesto interés y cariño. Algunas de ellas tendrá ocasión de afianzar; otras, llegarán nuevas a su vida por la revolución que causa en la misma el regreso de su antiguo amor.

No sólo pasa Anne desapercibida en su familia sino también en la trama de esta novela. Al principio es casi una mera observadora. Bueno, retiro lo de mera, pues son su perspicacia y su buen criterio los que nos ayudan a hacernos una composición de lugar. Poco a poco, sin embargo, va pasando de observadora a protagonista indiscutible, de la novela y de su propia vida. El regreso de Frederick es el que opera esa transformación y no sólo despierta en Anne sentimientos y un comportamiento más decidido; su físico, adormecido por la apatía del desamor, comienza a recobrar la lozanía y frescura de la juventud. La esperanza y el miedo a otra desilusión procuran en Anne Elliot un auténtico despertar a la vida.

Detail of a portrai of Jane Austen, from
de memoir by J. E. Austen-Leigh (1870).
From a watercolour of James Andrews
of Maidenheads based on an unfinished
work by Cassandra Austen. Engraving by
Lizars. Derivative work: Archibald Tuttle.
Persuasión es la última novela completa que escribió Jane Austen y se publicó póstumamente por primera vez en 1818. Su autora había fallecido el año anterior, por lo que este 2017 es el bicentenario de su muerte y por tanto una magnífica ocasión para leerla y recordarla. Esta última novela reúne todas las bondades de sus predecesoras y contiene a la vez el añadido que le otorga la madurez tanto de su autora como de su protagonista. Volvemos a disfrutar de una deliciosa historia de amor aderezada con la riqueza y elegancia narrativa de Jane Austen y que, como su autora nos tiene acostumbrados, no está exenta de cierta crítica social. Nuevamente gozamos de esa peculiar mezcla de sentido y superficialidad a través de personajes entrañables y juiciosos unos, patéticamente encantadores otros. Los diálogos son vivos, ingeniosos, cargados de recovecos y sutilezas y con esa genial y casi imperceptible ironía que es la sal y el contrapunto perfecto en todas las historias de Austen. Tengo que decir que son muchas las cosas de las que he disfrutado en esta novela, pero en especial de cierta conversación que mantiene la protagonista con otro de los personajes acerca de las distintas maneras de sentir el amor en hombres y mujeres, de la cual os ofrezco este pequeño fragmento que deja patente la profundidad y firmeza de los sentimientos de Anne Elliot.
"-Sería injusta -exclamó Anne- si dejara de reconocer lo que siente usted y todos los hombres de su condición. ¡Líbreme Dios de menospreciar los nobles sentimientos de mis semejantes! Merecería el más absoluto desprecio si me atreviera a presumir que las mujeres monopolizan la ternura y la constancia. No; considero a los hombres capaces de todo lo grande y lo bueno como maridos y como padres. Los creo propicios a todas las resignaciones domésticas y dispuestos a cualquier empresa siempre que, si se me admite la expresión, vislumbren un objetivo, una finalidad. Mientras que la mujer amada sólo vive para ustedes. El único privilegio que reclamo para las de mi sexo (y no es muy envidiable, por cierto) es el de llevar su cariño más allá de la existencia del ser amado y una vez perdida la esperanza." 
Sí, no niego que estoy intentando poneros los dientes largos y que estoy desplegando todas mis artes de persuasión (si es que alguna tengo) para incitaros a leer esta novela. No niego no ser consciente de que si finalmente os decantáis por esta lectura, otra quedará relegada o pospuesta en su lugar y quién sabrá lo que os podría haber aportado o a dónde os podría haber llevado. Tampoco negaré que no fantasee con la idea de que la rechacéis y que tal vez (¡¡no esperéis ochos años como Anne Elliot y el Capitán Wentworth, por Dios!!) en un futuro os volváis a cruzar con ella. Quizás incluso entonces os suenen los ecos de esta reseña (ya me estoy pasando de fantasiosa). Pero esperad, no descartéis esta lectura tan pronto, aún guardo un último as en la manga, aún tengo un último cartucho que quemar. Sé que no podréis resistiros a una carta de amor, sé que no podréis ignorar una declaración como la que os dejo a continuación. Yo, al menos, no puedo si la que firma es Jane Austen. Sus palabras allanan y despejan el camino. Y de esas palabras, y no de las mías, procederán los ecos que os han de llegar y que os persuadirán.
"Me resulta imposible seguir escuchando en silencio, y para dirigirme a usted empleo el único medio de que dispongo. Se me parte el alma y vacilo entre la desolación y la esperanza. No me diga, por Dios, que ya es tarde y que esos bellísimos sentimientos no anidan ya en su pecho. Nuevamente me ofrezco a usted, y mi corazón es aún más suyo ahora que [...] hace ocho años. [...] A nadie he amado más que a usted. [...] Sólo en usted pienso y en usted sólo cifro mis ilusiones y proyectos."
Imagen taken from page 451 of 'Northanger Abbey and Persuasion...
With illustrations by Huhg Thomson and introduction by Austin Dobson'.
Fotografía de The British Library.



Persuasión ha sido la lectura conjunta de febrero en el grupo de facebook Los libros de Carmen y amig@s.



Ficha del libro:
Título: Persuasión
Autora: Jane Austen
Traducción: M. Ortega y Gasset
Introducción: Gillian Beer
Editorial: Penguin Clásicos
Año de publicación: 2015
Nº de páginas: 336
ISBN: 9788491050032

Comentarios

  1. No te preocupes, Lorena, yo ya estoy totalmente persuadida. ;-) Persuasión es uno de los libros de Austen que me faltan por leer, pero ya tengo preparadita la edición maravillosa de dÉpoca, así que pronto caerá seguro.
    ¡Un abrazo!

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  2. Pues yo tendré que dejarme persuadir, por ser vos quien sois... porque tengo que reconocer que no soy muy fan de Jane Austen, aunque parezca extraño (o no).

    Un abrazo

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    1. Extraño, no. A mí la primera vez que la leí no me gustó. No supe apreciar su sutileza e ironía que es lo que ahora más me gusta de ella. Sigo prefiriendo la literatura contemporánea (según qué libros, claro) pero disfruto mucho también acercándome a los clásicos y así de paso cubro lagunas que tengo.
      Más que seguir mis dudosas artes de persuasión, harás mejor en seguir tu instinto.
      Un abrazo

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  3. A mí se me hizo pesadísimo cuando lo leí... eso sí, el final me encantó =)

    Besotes

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    1. El desenlace es lo mejor, sin duda, aunque yo disfruté de toda la novela.
      Besos

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  4. Porque ya la he leído, si no habría caído rendida a los pies de Anne Elliot porque tus dotes de persuasión son notables y esa última carta la deja a una con necesidad de saber más.
    Muy buena reseña.
    Un beso.

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    1. Gracias, Rosa. Espero leer la tuya pronto.
      Estoy segura de que precisamente por haberla leído has sido menos inmune a mis dotes persuasivas ;)
      Ay, esa carta.
      Besos

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  5. Mis felicitaciones Lorena, es muy pero que muy difícil no ser persuadida después de la lectura de tu entrada y de esos fragmentos que dejas así como uno más y que están sutilmente escogidos para hacernos caer en la lectura.
    En mi caso y aunque ya la leí, me han entrado unas ganas irresistibles de volver a leerla, observando esos matices que destacas.
    Un beso y feliz finde

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    1. Gracias, Conxita. Que disfrutes de la relectura si finalmente te animas.
      Buen finde.

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  6. Yo con Austen ya estaba muy persuadido después de haber leído Orgullo y Prejuicio. Lo que pasa es que, concretamente, no tengo Persuasión por casa. Pero sí tengo Emma, que será el próximo de Austen que lea.
    ¡Un abrazo!

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    1. 'Emma' fue precisamente el primer libro de Austen que leí. Bien merecería una relectura por mi parte pues, además de tenerlo muy olvidado, por aquel entonces no supe admirar ese genial puntito de crítica e ironía de la autora.
      Un abrazo

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  7. Yo a Austen ya no me resisto, quedé encantada con "Orgullo y prejuicio" y enseguida me compré otros dos de sus libros. Este también me apetece muchísimo y además me ha encantado leer esos fragmentos que nos has añadido...me has puesto los dientes largos jajaja

    Besitos

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  8. Los ecos de tus persuasión han calado hondo, mi querida Lorena. ¿Cómo no dejarme persuadir por ti cuando lo cuentas tan bonito y nos chantajeas con esos fragmentos que dan ganas de salir al campo y gritar como una loca "ven a mí, ven a mí"? En definitiva, tu exquisita reseña me ha convencido. Apartaré alguna de mis lecturas en cola y añadiré la tuya. ¿Para cuándo? No dentro de mucho. Ya te contaré. Gracias por transmitirnos, como siempre, tanta pasión y sutileza.
    Un abrazo

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    1. Pues ya me contarás, entonces.
      Gracias a ti, Raquel, por pasarte a leerla.
      Un abrazo

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  9. Hola Lorena.

    La verdad es que mi "momento Austen" aún no ha llegado, tengo tres de sus obras, "Orgullo y prejuicio", "Sentido y sensibilidad" y "Lady Susan".

    Soy consciente de estar ante una gran escritora, simplemente el momento llegará cuando tenga que llegar, sin forzar las cosas.

    La literatura Victoriana me seduce por su elegancia narrativa, más allá de tramas o argumentos, me fascina ese estilo de escritura tan exquisito que encuentras en O. Wilde ("El Retrato de Dorian Grey" sería un magnífico ejemplo, a mí me entusiasmó), las Brontë, Elizabeth Gaskell, Christina Rossetti, G. Elliot... Por citar algunas de las que tengo por aquí más a mano, sin menospreciar unos excelentes argumentos o tramas, pongo más ahínco en el estilo de estas obras, sí, sé que en el fondo lo uno no tiene sentido sin lo otro, pero siempre te fijas más en unos aspectos que en otros dependiendo de las lecturas que se trate, y con estas obras yo tengo esa inclinación... Manías de cada uno :)
    Un abrazo!

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    1. El momento llegará cuando llegue si tiene que llegar.
      Comprendo lo que dices. Yo de estos libros, más que la trama en sí, disfruto, además de esa elegancia narrativa que señalas, la sutil ironía y el retrato y a veces también crítica de la sociedad de la época. Justo acabo de terminar 'Shirley' de Charlotte Brontë y aunque con alguna cosilla que me ha empañado un poco la lectura lo he disfrutado mucho.
      Un abrazo

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  10. Guau Lorena, magnífica reseña. Pero como acabo de comentarle a Rosa Berros para mi esta no es la mejor novela de Austen. La maestria, su elegancia, estilo, sus rasgos y personalidad están presentes, pero no conecto con esta historia y eso que tiene momentos brillantes. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Raquel. Lo de conectar o no, supongo que ya es cosa personal de cada lector. De lo que he leído de Austen, como ya os comenté en la tertulia, mis favoritas son ésta y 'Orgullo y Prejuicio'.
      Gracias por pasarte.
      Un abrazo

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  11. Muy buena reseña Lorena. ¡Te felicito!
    Un abrazo

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  12. Tu preciosa reseña resume maravillosamente el porqué me ha encantado Persuasión. Leer a esta autora siempre despierta algo especial.

    Un abrazo Lorena.

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    1. Siempre es un placer leerla.
      Gracias por pasarte. Otro abrazo para ti.

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