A Merry Christmas and a Happy New Year to you

Henry Cole's Christmas Card. Ilustración de John Callcott Horsley en dominio público. Fuente: V&A.

La que veis sobre estas líneas es la que se considera la primera tarjeta de Navidad de la historia, aunque supongo que lo correcto sería decir que se la considera la primera tarjeta de Navidad impresa de la historia. Incido en lo de que se considera porque, al menos, y según cuentan desde la Biblioteca Nacional de España, en nuestro país se tiene constancia de una primera felicitación navideña impresa en 1831. Fue idea de un grupo de trabajadores del Diario de Barcelona cuyo propósito era que los repartidores del diario la entregaran a los suscriptores de este, los cuales responderían al detalle con la entrega de un aguinaldo al trabajador. Esta idea se hizo muy popular en nuestro país y fueron varios los colectivos de trabajadores que, a partir de mediados del siglo XIX, adoptaron esta costumbre. No he podido localizar la imagen de esa primera tarjeta navideña impresa española de la cual se tiene noticia, pero nuevamente es la Biblioteca Nacional la que pone a nuestra disposición una recopilación de esas felicitaciones de Navidad de oficios que se popularizaron en el siglo XX que, si os interesa, podéis ver e incluso descargar aquí.

El origen de la imagen que os ofrezco en su lugar y que ha alcanzado esa especie de consenso como primera tarjeta navideña es británico. La felicitación data del mismo año en que Charles Dickens publicó su tan navideña obra Canción de Navidad, es decir, de 1843. Sin embargo, más que ese espíritu navideño tan caracteríticamente dickensiano que tanto ha calado en la cultura popular fue el sentido práctico lo que inspiró su impresión y distribución. Fue el funcionario y polifacético diseñador inglés Henry Cole quien, preocupado por la ingente cantidad de tarjetas que tenía que escribir y enviar para que llegaran a sus numerosas amistades antes de Navidad, le pidió a su amigo el pintor John Callcott Horsley que diseñara e ilustrara una tarjeta con una escena familiar típica de estas fiestas y un mensaje genérico. El pintor tuvo además el detalle de incluir dos espacios para escribir —uno en la parte superior de la tarjeta y otro en la inferior— precedidos de un 'Para:' y de un 'De:'. De esa manera, además de facilitarle el trabajo a su amigo —pues este tan solo tendría que escribir los nombres de destinatario y remitente—, le daba la oportunidad de personalizar las felicitaciones. La imagen que comparto corresponde en concreto a la felicitación que el propio Horsley personalizó para Cole. En lugar de la firma del pintor puede apreciarse en la parte inferior de la tarjeta el dibujo de un simpático autorretrato. Así lo cuentan desde el Victoria and Albert, el Museo Nacional de Arte y Diseño del que Henry Cole fuera su director fundador. Tanto a Cole como a Horsley la idea de realizar copias de la tarjeta les pareció tan buena más allá del uso personal que, adelantándose a su tiempo, decidieron comercializarla. Encargaron la impresión de 1000 tarjetas que pusieron a la venta por un chelín. La empresa no fructificó como esperaban, quizás —entre otras cosas— porque el precio era algo elevado para la época. No obstante, no habría que esperar demasiado para que la comercialización de la tarjeta de Navidad, actualmente tan en desuso, se hiciera una realidad. Respecto a la de Henry Cole, os cuento a modo de cotilleo que la imagen que la ilustra no estuvo exenta de cierta polémica por figurar en ella un niño bebiendo lo que supuestamente es una bebida alcohólica.

Bueno, curiosidades y anécdotas aparte y teniendo en cuenta que no por manido deja el mensaje de ser sincero, hago mías las palabras de tan precursora tarjeta. Os deseo, pues, una feliz Navidad y —aunque muy probablemente vuelva a asomar por aquí antes de que venza este 2023— un feliz año nuevo.

Comentarios

  1. Igualmente para ti, Lorena. Te deseo unas muy Felices Fiestas.
    Besos, besos y más besos

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  2. Pues no te lo creerás, pero algunas de esas postales de la Biblioteca Nacional me suenan. Es posible que en mi infancia la viera por mi casa o por la casa de mis abuelos.
    Yo hago cada Navidad varias postales de felicitación con PowerPoint o con Canva y las envío a la gente y las pongo en las Redes Sociales. Aunque es cierto que la ilusión de recibirlas en sobre y ponerlas por la casa (quedan bonitas colgadas de las cortinas, si tienes cortinas, claro, lo que no es mi caso) no se puede comparar.
    Interesante la historia de la supuesta primera felicitación navideña.
    Besos y muy feliz Navidad, aunque es posible que yo sí vuelva por aquí en Noche Buena.

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    1. No sé muy bien hasta qué año se seguirían estilando esas postales, pero sí veo bastante probable que se conservaran y por tanto hayas podido ver alguna de niña.
      Yo también he hecho en alguna ocasión alguna felicitación con Canva, pero es cierto que no tienen el mismo encanto que las tradicionales, que ciertamente quedan muy bonitas si se reutilizan para decorar. En fin, las costumbres cambian con los tiempos y unas cosas se ganan y otras se pierden.
      También te deseo una muy feliz Navidad, Rosa. Me imagino que no será de las mejores para ti, pero bueno, al menos que la pases con tranquilidad.
      Besos

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  3. Buenas curiosidades, felices fiestas :D

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  4. Que historia tan curiosa tiene la felicitación de navidad. Aprovecho para desearte Felices Fiestas !!!

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  5. Feliz Navidad, apreciada Lorena. Mis mejores deseos para ti y los tuyos.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Qué bien saber de ti, Paco. Gracias por pasarte y por tus buenos deseos. Espero que hayáis pasado una feliz Navidad y que sigáis pasando una felices fiestas. Os deseo un muy buen año 2024.
      Un abrazo

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  6. ¡Feliz Navidad, querida Lorena! te deseo unas felices fiestas navideñas. Curioso lo que cuentas de la primera tarjeta navideña, lástima que se haya perdido la tradición
    Besos

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    1. Muchas gracias, Marian. Espero que estés pasando unas muy felices fiestas.
      Un besazo

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