La frontera del lobo - Sarah Hall
"Se acuerda de Moll y Tungsteno, de todos los animales con los que ha trabajado. Ellos lo saben perfectamente. O una parte de su organismo lo sabe, y no se hacen preguntas.[...]¿De qué le sirve tener facultades superiores?, piensa, mientras pone el intermitente y sale a la carretera. Cognición e inventiva, el motor de combustión interna, los limpiaparabrisas intermitentes, los tratados de paz y la poesía, los pulgares del Homo sapiens y su capacidad de habla. Pone en marcha los limpiaparabrisas a la máxima velocidad y vuelve a la finca bajo la intensa lluvia."
¿De qué sirve, de qué sirve? Tanta supremacía animal y nos sentimos indefensos ante la más natural contrariedad. Nos falta instinto, esa sabiduría ancestral innata heredada generación tras generación. Nos sobran preguntas. Nos falta despojarnos de todo lo superfluo que hemos construido en años de evolución. Nos sobra todo lo que nos impide sentirnos, observarnos, escucharnos. No es de extrañar que la manera que tienen de conducirse los animales salvajes en la naturaleza nos tenga completamente fascinados.
La descripción de ese primer encuentro de Rachel con un lobo es bella y, nuevamente, fascinante. Habrá más momentos así, no sólo referentes a los lobos sino a la naturaleza en general, a veces tranquila, otras, salvaje. Porque no, la vida salvaje no es tan benévola como he querido dar a entender al comienzo de esta reseña. A veces es cruel, enigmática, pero nos parece más sencilla porque las reglas del juego son más claras, más limpias, y se cumplen. Y es esa contraposición entre blancura y oscuridad, esa contradicción, lo que la hace real, auténtica, bella.
La prosa de Sarah Hall es también un poco así: afilada, incisiva, directa, pero rica y cargada de recovecos y matices. Ha sido todo un hallazgo para mí esta escritora británica y, sin duda, a partir de ahora le seguiré la pista de cerca. Todo en su narración es impecable, todo fluye, es compleja pero nos subyuga con su poder hipnótico.
Hall nos orquesta una historia en la que Rachel, si bien no está sola, es la protagonista indiscutible. No es la narradora pero vemos a través de sus ojos, escuchamos por sus oídos, sentimos bajo su piel. Son sus diálogos, sus reflexiones, sus sentimientos los que construyen este libro; aquello de lo que se percata y lo que esto lleva escondido detrás.
"Y es esta mirada lo que convence a Rachel de que hay algo más, algo muy real detrás del silencio. Lo que no se dice siempre hace más ruido que lo que se declara."
El resto de personajes de esta historia ayudan a dar consistencia a la trama. Ni de unos ni de la otra quiero contaros demasiado; yo me lancé a esta historia a ciegas y quiero brindaros la misma experiencia. Tan solo apuntaré, respecto a los personajes, que vuelve a reinar la complejidad, el enigma y la contradicción, pero que también los hay que aceptan las circunstancias con templanza y brazos abiertos, de esas personas que aligeran y allanan el camino. Sin embargo, las relaciones humanas nunca son sencillas, o tal vez seamos nosotros los que las complicamos.
"El amor en ese tipo de situaciones rara vez es real. El sexo es el motor que exalta y destruye a la gente, el sexo y la frustración. El amor es eso por lo que la gente cree que merece la pena seguir la senda de la ruina."
Grasmere Lake Reflections. Fotografía de Graeme Darbyshire |
Y así, bajo sombras lobunas y con una lucidez arrolladora, este libro lo que hace es indagar en la naturaleza humana y en las fronteras que debemos cruzar para conformar nuestra identidad. Por eso no creo que sea casual ese juego de criar lobos en libertad pero viviendo en semicautividad, ni tampoco que se escoja un estado límite de Estados Unidos para acoger a Rachel, ni que desde su tierra natal a la que regresa se atisbe costa irlandesa o que en la trama se coquetee con la independencia de Escocia.
La misma Rachel cruza una frontera autoimpuesta para regresar al hogar que nunca tuvo. Va hacia lo salvaje, lo desconocido, las arenas movedizas. Reconciliarse con el pasado, agarrar los nuevos lazos que nos tienden, todo forma parte del proceso de bajar defensas, derruir barreras y reconstruirse. Y aceptar la vida. Ya se sabe que la vida da y quita.
"Rachel no se engaña, como ha hecho durante años, no piensa que a los hombres les atraiga su indiferencia, su frialdad, que les resulte más cómodo, que se sientan menos comprometidos. Lo cierto es que ellos no tardan en darse cuenta de que su actitud obedece a algo distinto: un temor, un defecto, una carencia. Por fin, [...] simplemente porque las coordenadas de su vida han cambiado, parece que este juego ha terminado. Se siente descubierta."
Termino el libro y me siento así, como si me hubiesen quitado algo abruptamente. Tal vez porque estaba realmente absorta y (siento reiterarme) fascinada con la lectura; tal vez porque siento que le faltaba alguna página final. Pero no, la historia es la que es. Podría haber sido otra. La autora podría haber tomado otro derrotero, retorcer y entretejer las múltiples tramas de esta historia de otra manera; todas hubiesen sido factibles, todas hubiesen sido reales y, además, tengo la impresión de que nos hubiesen llevado por donde nos hubiesen llevado el viaje hubiese sido igual de enriquecedor. Pero la historia que decidió contarnos es ésta y termina justo como ha de terminar. El resto, es la vida siguiendo su curso.
"De pronto todo parece innecesario. No hay herida. La única herida es la vida, que se reproduce con tanta imprudencia, a sabiendas de que nunca estará a salvo, nunca perdurará; solamente será real."
Derwent Water [EXPLORED]. Fotografía de Ian Livesey |
Ficha del libro:
Título: La frontera del lobo
Autora: Sarah Hall
Traductora: Catalina Martínez Muñoz
Editorial: Alianza
Año de publicación: 2016
Nº de páginas: 424
ISBN: 978-84-9104-502-1
No es una novela en la que me hubiera fijado, pero es imposible resistirse a tu reseña. Apuntadísimo me lo llevo.
ResponderEliminarBesotes!!!!
Encierra mucho más de lo que cuento, pero no quería desvelar demasiado ;) Espero que te guste.
EliminarBesos
¡Hola!
ResponderEliminarNo se muy bien que pensar incluso después de leer la reseña, no parece uno de los libros que suelo leer pero algunas de las frases que has puesto me han encantado, creo que a pesar de todo me podría gustar.
¡besos!
La autora escribe muy bien, así que no me extraña que te hayan gustado las citas. Y nunca está de más alejarse de vez en cuando de lo que se suele leer.
EliminarBesos
No conocía a la autora ni la obra, pero como bióloga me llama la atención esta novela. Otra más.
ResponderEliminarUn beso.
Lo mío con este libro fue un poco flechazo. Vi la portada, el título, leí la sinopsis de la editorial (que no es que cuente demasiado pero sí que incita a leerlo) y me dije: tengo que leerlo. No te niego que mi inconsciente pueda haber apelado también a la bióloga que hay en mí.
EliminarYa me contarás si lo lees ;)
Besos
Has escrito una reseña muy buena, siguiendo tu instinto. :)
ResponderEliminarNunca mejor dicho ;)
EliminarGracias, Noa :)
Interesante como todo lo que reseñas. Al principio, eso de la naturaleza me hacía mal pensar... porque empiezo a tener un poco de tirria a ese tipo de discurso idealista, pero después introduces un giro matizado sobre ello.
ResponderEliminarY los fragmentos me han parecido muy buenos :)
¡Un abrazo!
Más que discurso idealista, el de esta novela, es realista. Y sí, los fragmentos som muy buenos porque su autora también lo es.
EliminarUn abrazo
Tengo mis dudas de si sería una lectura que disfrutaría, pero de lo que sí he disfrutado es de la buena reseña que has escrito.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias, guapa.
EliminarUn abrazo
No termino de estar convencida con esta novela. Tiene puntos muy atractivos. Un beso ;)
ResponderEliminarEl tiempo dirá, entonces.
EliminarBesos
No es el tipo de libro que suela llamarme la atención, pero con la tuya ya son varias las reseñas positivas que he leído, así que estoy pensando replanteármelo y conseguirlo, porque me parece que me estoy perdiendo algo bueno.
ResponderEliminar¡Besos!
Yo que tú le daría una oportunidad y no me lo perdería.
EliminarBesos
Leí algunas frases de la novela cuando salió y me llamó mucho la atención, pero una reseña no demasiado entusiasta me hizo descartarla. Ahora con la tuya me creas dudas jaja La dejaré en duda, a ver qué hago.
ResponderEliminarBesitos
A ver si la tercera con la que te encuentres te disipa las dudas ;)
EliminarBesos
Hola Lorena.
ResponderEliminarHasta donde yo sé, hay todo un fenómeno literario en el mundo anglosajón que, a través de diversos narradores, trata de acercarse a lo salvaje, a la naturaleza en estado puro, mostrando todas sus aristas, la cara amable y la no tan amable, una especie de reivindicación de aquel mítico libro “La llamada de lo salvaje” de Jack London.
En Inglaterra y Estados Unidos se está publicando mucho en esta dirección, títulos que no han llegado a estos lares, y recuperando algunos clásicos de este… llamémosle género.
Lógicamente los trabajos actuales añaden ingredientes en consonancia con los tiempos que vivimos. En el ámbito anglosajón lo han bautizado como Nature Writing, y la referencia son escritores del pasado como Henry Thoureau entre otros.
Es curioso, a mí siempre me ha apasionado la montaña, la naturaleza, los grandes espacios abiertos y solitarios… así que esa querencia ha propiciado que durante años haya aumentado mi biblioteca con títulos de esta índole, algunos tan raros como geniales, y ahora veo que hay un verdadero fervor :)
De hecho estoy con una autora célebre para los que gustan de estos libros… no digo más.
Con lobos por medio tengo algunos libros, y me refiero a excelente literatura, me apasionan estos animales y me fascina la relación ancestral entre lobos y humanos. Apunto este para un futuro.
Un placer leerte y gracias por descubrirme libro y autora :)
Gracias a ti, Paco.
EliminarAl final la naturaleza y los animales salvajes son, aunque no sólo, una excusa para abordar el comportamiento humano. Una simple salida al campo muchas veces nos ofrece claridad y capacidad para centrarnos en lo realmente importante. No es de extrañar que sea un recurso recurrente en la literatura. Al fin y al cabo somos parte de esa naturaleza y no deberíamos olvidarlo.
Un abrazo
El lobo es un animal que provoca pasiones y rechazos, esa relación, ese simbolismo con la naturaleza, con el mismo lobo me ha producido mucha curiosidad por la autora y por el libro y las frases que has destacado me han parecido muy interesantes, de las que provocan que una quiera leer más.
ResponderEliminarMuy interesante propuesta y tu reseña es fantástica, de las que crean lectores adictos.
Un beso
También se habla un poco de eso en el libro, de esa atracción y rechazo que producen los lobos, la mitología que llevan asociada. La autora, como me he reiterado en la reseña, tiene una forma de escribir fascinante.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Conxita.
Besos
Buffff, ¿y ahora cómo le digo que no está portada y a esta reseña?
ResponderEliminarEsa sensación que describes cuando terminaste el libro es la prueba de lo que nos calan las historias.
Un besin
Lo que perduran las historias en nosotros y sus múltiples recovecos y desvíos.
EliminarSi le dices que sí, ya me contarás ;)
Besos
Concuerdo con Paco (no es extraño) en que (afortunadamente) se están editando muchos libros en los que se aborda la naturaleza humana desde la naturaleza (salvaje, siempre salvaje). Yo estoy muy en esa línea últimamente porque miro mucho a la naturaleza (la salvaje, ya no tanto la humana). Ese contraste entre ambas naturalezas suele ponernos en nuestro lugar, da medida de nuestro tamaño. No conocía el libro y me lo anoto, vaya que sí.
ResponderEliminarUn abrazo
No está mal recuperar la perspectiva y darnos cuenta de que somos parte de la propia naturaleza, así como de que no dejamos de ser un animal más. En este caso lo que hace Rachel es dejar de vagar y buscar su sitio en la manada humana.
EliminarEspero que te guste. Ya me contarás.
Un abrazo