La primera mujer de Se Yuan - Pearl S. Buck

El mundo cambia. O cambiamos nosotros. Lo que ayer dábamos por seguro hoy es un espejismo, arenas movedizas que se abren bajo nuestros pies; hay que encontrar a que aferrarse so riesgo de terminar engullidos. Los tiempos cambian; las sociedades, sus valores. A veces no nos damos cuenta, la transformación va operando paulatinamente generación tras generación; otras sin embargo el cambio pasa por nosotros, nosotros somos parte de él. Crecemos en un lugar, a la sombra de sus costumbres que no nos cuestionamos, bebemos de los valores con los que nos educan nuestras familias y damos por bueno y único aquello que conocemos; lo nuestro siempre es mejor que lo ajeno, las costumbres extranjeras siempre son bárbaras. Pero es inherente al proceso de crecimiento ir alejándonos de nuestras raíces, ir alargando ese hilo que nos conecta con nuestros cimientos. Ampliamos nuestro reducido círculo con amigos, compañeros de estudios, amores; vivimos experiencias independientes a las de nuestras familias; tenemos la oportunidad de conocer lugares cuyo nombre antes era solo un mito;... y el hilo se alarga, se alarga,... A veces, tan solo da vueltas y vuelve al punto de partida o a alguno cercano a él, otras en cambio se estira y se estira y corre el riesgo de romperse y alejarse definitivamente. El cambio ya es irreversible. Adoptamos lo nuevo como la única verdad, lo que quedó atrás es lo equivocado. Renegamos de lo que fuimos o tal vez solo de lo que otros quisieron que fuéramos, nos avergonzamos de aquellos que nos sustentaron, renunciamos a persistir en nuestras convicciones caducas. Abandonamos todo esto. Lo sepultamos.
"Yuan se había callado. Había cesado de creer desde hacía muchísimo tiempo, en que siendo niño, iba al templo con su madre y se agarraba a su mano, asustado e intimidado por los rostros feroces de los dioses guerreros, pero no se atrevía a decirlo, como tampoco confesaría a su anciano padre que se había desprendido de los principios de Confucio en los que le había educado. Sus padres, si hubieran podido leer en el corazón de su hijo, habrían quedado estupefactos."
Se Yuan vuelve al hogar familiar en una pequeña ciudad de una zona rural de China tras haber pasado los últimos siete años estudiando en los Estados Unidos. Esperan su regreso nerviosos y anhelantes sus padres, su joven esposa y sus dos hijos, el menor de los cuales era apenas un bebé cuando su padre se fue. Se Yuan se casó muy joven con una dócil muchacha proveniente de una buena familia campesina elegida por sus padres. Durante la ausencia de su marido, la joven ha sido un modelo de conducta, encargándose con diligencia de las tareas domésticas, los cuidados a sus suegros y la educación de sus hijos. Sería un motivo de orgullo para cualquier hombre chino, pero el hombre que ha vuelto a casa dista mucho de un hombre chino tradicional y del marido del que se despidió siete años atrás. Se Yuan vuelve de un mundo muy diferente a aquel que dejó y con el que se reencuentra ahora, regresa cargado de proyectos en los que la tradición a la que apelan sus padres es un lastre y el apoyo que pueda brindarle su mujer, nulo. Planea una brillante carrera en la capital, en la que bulle un ambiente mucho más parecido al que dejó en el país de sus estudios que al que permanece imperturbable en su ciudad de origen; aspira a una educación para sus hijos muy diferente a aquella que les está trasmitiendo la madre de los pequeños y que es la misma que él y su esposa recibieron en su niñez. Su familia, especialmente su mujer, es un obstáculo ante su felicidad.
"Aunque ahora, después de siete años de ausencia, estuviera de nuevo con ellos, todos sentían un cambio. Antes del segundo día, comprendieron que Yuan era diferente: hasta cuando cantaba o reía, se sentía que su corazón estaba en otra parte, lleno de otra vida."
Es fácil comprender a Se Yuan para nosotros lectores occidentales, al fin y al cabo, el choque que supone su vuelta al hogar no es más que el contraste entre nuestra idolatrada sociedad occidental y la oriental de no hace demasiados años. Si además el lector es mujer como es mi caso, saltará interiormente de alegría ante un hombre que se niega a que se venden los pies de su hija, que se pone nervioso ante la inevitable sumisión y obediencia ciega de su mujer, y que reivindica por compañera de vida a alguien que sea su igual (si bien lo que a mí me pone nerviosa en ocasiones es su reiteración sobre alguien que esté a 'su' altura y que no le avergüence ante los demás). Sin embargo, la lectura de este libro ha operado en mí un cambio drástico. No, no reniego de los valores de la sociedad en la que he nacido y crecido aun siendo consciente de que ellos no nos hacen mejores que otras, tampoco renuncio a las libertades que las mujeres hemos conquistado en los últimos años; es solo que he comenzado este libro brindándole toda mi comprensión a Se Yuan y lo he terminado completa y absolutamente rendida a los diminutos y mutilados pies de su esposa.

Leí este libro por su sinopsis. Me interesaba ese cambio de Se Yuan, cómo lidiaría con ese conflicto interno, y en mi avidez por descubrirlo me olvidé del título de esta novela: "La primera mujer de Se Yuan". Ella, la mujer, es la protagonista. La sin nombre, la invisible. Tampoco tienen nombre en la novela sus suegros y sus hijos, solo el marido, Se Yuan. En torno a él gira todo, ni siquiera su padre al que debe respeto se libra de esta ignominia. Su padre, también él ha sabido ganarme. Y le perdono su llamémosle 'machismo ancestral', porque quiere a su nuera que es ya su hija, porque la intenta proteger, la valora, la ve. Puede que su educación y sus convicciones heredadas no le permitan dar a la mujer como colectivo el lugar que le corresponde, pero su justo trato, su nobleza y su sentido de la responsabilidad le llevan a respetar a las mujeres con las que convive. Su hijo, con toda su moderna educación y su (no sé si realmente sincera) admiración hacia una nueva generación de mujeres, es ciego ante lo que no quiere ver.

Reeve 2408. Fotografía de Otis Historical Archives National Museum of Health and Medicine

Sacrificamos tantas veces los sentimientos individuales en aras de un bien colectivo... Este no es un libro de buenos ni malos, sigo comprendiendo a Se Yuan, su tesitura no es fácil, pero tampoco lo es la de los que viven sobre las arenas movedizas del cambio y no tienen donde aferrarse ante el inminente hundimiento. No es fácil para sus padres encontrarse con un hijo que no reconocen y que da la espalda a un mundo que es el suyo; no es fácil para su mujer, a la que de la noche a la mañana le exijen ser quien no es. La mujer sin nombre, la invisible, que avanza por esta novela con pasos tímidos y silenciosos pero a la que Pearl S. Buck dota de una fuerza narrativa insólita que hace que se coma todo el libro y que devore al lector por dentro. Esta mujer a la que no puedo nombrar se ha quedado en mí y ha ido creciendo en intensidad hasta desembocar en un final que no os puedo contar pero que me ha dejado muda, como si me hubiese tragado todas las palabras que ella no pudo gritar, todo el sufrimiento que no fue capaz de expresar.
"...la joven cedía, haciendo planes, renunciaba. En el renunciamiento encontraba su Vía."
No vengo aquí a contar todas las bondades de Pearl S. Buck como escritora (por todos es conocida al menos de oídas, para el que no la haya leído desde aquí mi recomendación); vengo a sacar del olvido un libro tal vez menos conocido dentro de su extensa bibliografía, una joyita (joya por contenido y en diminutivo por su extensión, pues se lee en apenas un par de horas). No se nos dice en él la época en la que se desarrolla la trama, al igual que el lugar en el que esta trascurre carece nuevamente de nombre. Podríamos atinar a ponerle fecha por la ambientación en él sugerida, por el año en el que fue escrito o por la propia biografía de la autora, pero el dónde y el cuándo en esta historia es lo de menos. Este es un libro atemporal, como lo son aquellos llamados a convertirse en clásicos, y vengo a sacarlo del olvido porque la que os traigo es una edición de 1945 y hasta donde he podido indagar no existen ediciones posteriores al menos en español. Es una historia abandonada, la de una mujer cuyo modo de entender la vida está a punto de ser sepultado. Sus raíces se hunden y no atina a hacer pie. De vosotros depende. No la dejéis desaparecer.
"Ninguno de ellos pensaba en observar a la joven madre, ni en preguntarse lo que sentía. Si hubieran echado una ojeada hacia donde estaba, no hubieran notado más que una palidez bastante acentuada, pues su silencio era demasiado acostumbrado para que pareciera anormal. Nadie se habría dado cuenta de su temblor, si no fuera su suegro, pero tenía los ojos fijos en el suelo y se acariciaba la barba, y el rostro gris ceniciento, no atreviéndose a mirar a su hija."
Asian Woman Dancing 19. Fotografía de Bold Content

Ficha del libro:
Título: La primera mujer de Se Yuan
Autor: Pearl S. Buck
Editorial: Albán
Año de publicación: 1945
Nº de páginas: 124

Comentarios

  1. Me recuerda mucho a Viento del este, viento del oeste, de esta misma autora. Besos

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    1. El contraste entre oriente y occidente es temática recurrente en la literatura de la autora, no en vano vivió entre ambas culturas. Si te gustó Viento del este, viento del oeste, podrías animarte con este.
      Besos

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  2. ¡Qué ganas me has dejado de leer este libro! No creo que lo encuentre, estará difícil, pero lo apunto por si acaso. Soy fan de Pearl S. Buck desde pequeña, cuando leía los libros que tenía mi madre, y es cierto que éste recuerda en su argumento a Viento del este, viento del oeste.
    ¡Besos!

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    1. Tal vez en alguna biblioteca pública, y en el mercado de segunda mano también lo podrías encontrar. Yo he visto ejemplares antiguos de venta en internet.
      Besos

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  3. En sus novelas Pearl S. Buck siempre da un papel importante a las mujeres, aunque en principio pueda no parecerlo.
    Habrá que buscarla en la biblioteca.
    Besicos

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    1. Sin duda fue una gran conocedora de que los conflictos culturales siempre nos afectan más a las mujeres y así lo reflejó en sus libros.
      Espero que lo encuentres. Seguro que sí, lo que no consigas tú en la biblio...
      Besos

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  4. Me encantan tus reseñas. Y yo venga apuntar libros, ¿los leeré algún día? A ver si me da la vida, jajajaja.

    Un besote

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  5. Qué sentimientos se perciben en tu reseña, Lorena. Me ha encantado tu modo de explicar lo que has visto dentro de este libro, y más todavía cuando cuentas que tu opinión sobre la mujer de Se Juan fue variando según avanzadas en la lectura.
    Efectivamente, como bien dices, Pearl S. Buck es un clásico. Por eso ese mensaje que emana de él sobre que lo nuevo no pasa a ser bueno simplemente por su novedad pienso que en el momento actual de nuestro país tiene una gran actualidad, ¿no crees?
    Un beso

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    1. Ni se debe justificar la perpetución de las tradiciones basándose tan solo en que las cosas siempre han sido así, ni se debe abrazar a ciegas el progreso dando carpetazo a todo lo pasado. Hay que buscar un equilibrio y la base de una buena convivencia siempre ha de ser el diálogo y el respeto.
      Los clásicos pienso que lo son porque los temas que tratan son universales, y lo que en este libro se cuenta se puede perfectamente descontextualizar a distintos lugares y épocas. ¿La actualidad de nuestro país? Nuevamente respeto y muuuuucho diálogo. El problema es que la mayoría solo quiere ser escuchado sin escuchar a los demás, o escuchar lo que le conviene y contarle como le interesa. Así nos va, Juan Carlos.
      Besos

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  6. Es muy interesante esa evolución de los personajes y como el escritor consigue que el lector los interiorice y llegue a comprenderles. O también puede ser mérito tuyo, que eres una lectora muy atenta.
    De momento, anotado.
    Saludos!

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    1. Siempre digo que un libro tiene tantas versiones como lectores tiene. Esta reseña es simplemente mi versión. El proceso de lectura se hace entre lector y escritor, claro que con escritoras como esta es muy fácil además de un gustazo ser lectora atenta.
      Seguro que tu versión no será nada desdeñable.
      Saludos

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  7. Todavía no me he estrenado con Pearl S. Buck. Ya estoy tardando. Me ha gustado mucho esa evolución de los personajes, y sobre todo esa evolución del lector, que primero se pone de un lado, para luego llegar a comprender y empatizar con el otro. Pocos autores consiguen esto.
    Besotes!!!

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    1. Es lo mejor del libro y lo que más sorprende. Creo que una de las funciones de la literatura precisamente ha de ser esa, conseguir removernos, dar la vuelta a nuestras opiniones, o al menos hacernos contemplar la contraria desde otro punto de vista. Este libro sin duda es un buen ejemplo de ello y a su autora no puedo más que recomendártela.
      Besos

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  8. Me ha encantado tu reseña, de verdad: sólo tenía en mente el libro por el que ella ganó el Pulitzer y éste no lo conocía, pero a partir de hoy lo tendré muy en cuenta. Me da que esa primera esposa tiene mucho que contar. 1beso!

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    1. A pesar de lo conocida y aclamada que es la autora tengo la impresión de que son pocos los título de ella que se recuerdan hoy en día, y eso a pesar de su extensa biografía. Después de leer este yo también voy a tener en cuenta esos otros libros menos famosos. Si están en la misma línea merecerán mucho la pena.
      Besos

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  9. Hola :D Me gustó mucho la entrada, no conocía a la autora. Por cierto, vi que eres parte de la iniciativa Blogs Asociados y ya te sigo. Cuídate
    librospalabanda.blogspot.mx

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  10. Este no lo conocía, así que tomo nota por si lo pudiera encontrar. Mi favorito sigue siendo Viento del este, Viento del oeste, pero me han gustado muchos: Las tres hijas de madame Liang, Hombres de Dios , La última emperatriz, Puente de Paso, Otros dioses...Besinos.

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    1. Pues apunto, que me has dejado un montón de títulos para seguir disfrutando de Pearl S. Buck.
      Besos

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