Paris-Austerlitz - Rafael Chirbes
Una novela con sabor a despedida. A despedida última, definitiva. Rectifico: una novela con olor a despedida. El olor nos invade más exhaustivamente que el sabor, nos impregna más íntimamente, conecta con lo más primitivo que hay en nosotros, lo más irracional, lo que no alcanzamos a justificar. El olor tarda más en abandonarnos también, tal vez no lo haga nunca del todo, resurge cuando lo creemos ya disipado y trae con él viejos recuerdos, reminiscencias pasadas. El olor forma parte de lo que somos. Una novela con olor a despedida, sí, un olor denso, húmedo, agridulce, irrecuperable también. Aunque podamos reconocerlo nuevamente en otros aromas nunca lo sentiremos en su completa esencia. Es lo que tienen las despedidas definitivas, el olor de lo que pudo ser y no fue, el olor de lo que ya no podrá ser. Y aun así, algo en nosotros se resiste a dar ese último adiós.
Toda novela póstuma lleva inherente un sabor a despedida, amén de un
legado, un mensaje final del que se nos antoja su autor quiere hacernos
destinatarios. En el caso de "Paris, Austerlitz" además, como si de una
cruel broma del destino se tratase, se nos relata precisamente eso, la
historia de una despedida. Rafael Chirbes acometió el inicio de su
escritura veinte años atrás, y tras abandonarla y retomarla en varias
ocasiones, la concluyó por fin escasos meses antes de su muerte. Dos
décadas de trabajo intermitente para levantar una compleja historia de
sentimientos que indaga de forma valiente y honesta en la ponzoñosa
trampa que es la ilusión del amor, y que sin él pretenderlo se
convertiría en su despedida definitiva con sus lectores.
"Lo peor era que me había arrastrado a esa rutina sin objetivo, mero girar uno en torno del otro, devorándonos cada vez con menos apetito. Durante meses he llegado a creerme que mi ideal de vida coincidía con el suyo: envejecer juntos chapoteando en el pequeño estanque de los hábitos; digamos que él envejecería veintitantos años y varios miles de copas antes que yo, lo que suponía que, en nuestro pacto, yo mostraba la disposición de cuidarlo hasta el último aliento. Juro que acepté ese pacto, y que gocé de él, aunque no niego que, con el paso de los meses, mi punto de vista sobre su mundo -o, mejor dicho, la perspectiva sobre nosotros y nuestro mundo- se modificó sustancialmente: empecé a ver a Michel como a un ser atrapado que pretendía meterme con él en una jaula. Cuando, tendido en la cama del hospital, alargaba la mano para tocarme y me miraba con ansia, aún me parecía descubrir en él la descabellada aspiración que leemos en los cuentos de terror, en las novelas románticas y en las fantasmagorías que les gustaban a los surrealistas: deseo de amor que perdura más allá de la muerte."
No es solo la diferencia de más de veinte años la que separa a los dos amantes, también influyen sus orígenes y el destino que aspiran a alcanzar. El joven: más burgués, procedente de una familia acomodada, su aventura en París no es solo un intento de independencia sino también un acto de rebeldía hacia sus padres. El más mayor en cambio siempre se ha movido en ambientes austeros, tiene un pasado familiar difícil y no pretende una vida diferente a la que tiene: su trabajo, disfrutar de su amante y salir a beber y divertirse. La relación empieza a tornarse decadente, todo en este libro lo es.
El legado de Rafael Chirbes es un relato intimista, que ahonda en nuestras necesidades afectivas pero también físicas. Su prosa es brillante, incisiva, directa y desoladora. Tras sus frases sin concesiones queda un huerto inerte, y aun así a lo lejos observamos tiernos brotes anhelantes de alimentarse de lo que se desprende de esas palabras arrasadoras. Sus metáforas son luz en esa realidad seca y sombría, pero una luz que no ilumina sino que ofrece claroscuros, claros en nuestra sinceridad expuesta, oscuros en esa misma sinceridad que quisiéramos acallar. Las escenas de sexo son el culmen de esa necesidad afectiva y física a la que hacía referencia, pero entendiendo ambas como un todo indivisible; son la coreografía de dos danzantes que se absorben y repelen y no pueden evitar volver a encontrase para volver a hacerse daño, son la escenografía literaria de esa relación en decadencia. Y sin embargo, y a pesar de las escasas páginas de esta obra, Chirbes no se quedó tan tolo en esa pequeña por intimista historia de sentimientos en todo el esplendor de su complejidad, sino que de ella se pueden extrapolar historias grandes por lo que engloban, por lo que abarcan.
Morning. Fotografía de Aline Kumm Ávila |
París, su estación de tren: Paris-Austerlitz. Esa estación supone para el narrador de este libro una historia de amor truncada, malsana, y aun así una historia que ya forma parte de él. Para Chirbes supuso una estación de la que apearse y partir a lo largo de veinte años hasta que por fin pudo hacer la parada definitiva. Para mí, ha sido un llegar y un transitar anhelante y cautivador, no hay muro de esa estación que haya dejado sin subrayar y cuya impronta no me haya llevado, pero su bajada sin embargo la he sentido un tanto abrupta. La historia está acabada, no hay más que contar, pero su final me ha parecido precipitado, como si se hubiese roto la suave cadencia de esa canción de despedida, lo único de ella que me ha dejado mal sabor de boca. No sé explicarme, no sé, tal vez fuese yo queriendo no acabar de despedirme. Qué tonta, cómo si yo no pudiese volver a esa estación siempre que quisiese, como si no hubiera más líneas de tren para reencontrarme con Rafael Chirbes. Es él quien no podrá tomar otro tren. A nosotros nos ha dejado un itinerario en el que perdernos y encontrarnos. Esta es su despedida, no así la mía. Este libro para mí no es un final de trayecto.
"...con sus palabras, degrada mi papel en esta triste historia de la que en poco tiempo no va a acordarse nadie, pero que forma parte de mi vida. En el reparto de papeles, siempre resulta bastante más confortable el de amigo del alma que acompaña que el de viejo amante que abandona. Sé que es así, aunque no sé si me conformo."
Cerradura de persiana metálica. Fotografía de vreimunde |
Ficha del libro:
Título: Paris-Austerlitz
Autor: Rafael Chirbes
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2016
Nº de páginas: 160
No me he estrenado con este autor y sé que tengo delito. Esta novela que nos traes hoy me llama la atención desde hace un tiempo.
ResponderEliminarBesos
No digo nada porque yo me he estrenado con este libro.
EliminarBesos
Después de leer "En la orilla" de Chirbes pensé que era el mejor autor español contemporáneo. Así que seguramente leeré esta novela también.
ResponderEliminarbesos
Me encantará conocer tu opinión.
EliminarBesos
No he leído aún nada de Chirbes, aunque las referencia no pueden ser mejores. Me apunto este título, aunque creo que antes empezaría por En la orilla.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Las referencias no pueden ser mejores, cierto. A mí sin embargo fue este libro el que me tentó para decidrime por fin a leer a Chirbes. Espero que lo disfrutes cuando lo leas elijas el libro que elijas.
EliminarUn abrazo
Te ha quedado una reseña muy bonita e íntima y he disfrutado leyéndote. Ya solo por eso lo leeré.
ResponderEliminarGracias, guapa.
La historia me ha parecido muy intimista aparte de las lecturas más globales que cada uno puede hacer del libro.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Besos
Maravillosa reseña, Lorena. Me enamoré del autor con "Crematorio" y empecé a leer libros suyos antiguos de los que aún me queda alguno. Luego me reenamoré con "En la orilla". Me impresionó su muerte por inesperada y me entristeció por la pérdida que suponía. Tengo "París-Austerlitz" en espera y estoy deseando leerlo, pero a la vez no me decido. Mientras esté a la espera voy retrasando la despedida.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias.
Esta ha sido mi primera toma de contacto con Chirbes, ya ahora que se cómo escribe no descarto leer 'Crematorio' o 'La otra orilla' cuya temática antes no me llamaba tanto la atención. No temas a la despedida, siempre te quedará el placer de la relectura y podrás así reencontrarte con él.
EliminarGracias a ti.
Un abrazo
Todavía no he leído nada del autor, aunque tengo ganas de hacerlo desde hace tiempo. Tras leer tu reseña, todavía tengo mas ganas :)
ResponderEliminarBesos!
Pues ya me contarás si te decides, Laura.
EliminarBesos
He leído "En la orilla" y "Crematorio", respecto a ellas, tengo sentimientos encontrados. Son subyugantes, pero también me llegaron a desesperar e incluso aburrir. Sin embargo, en cuanto supe de este "París-Austerlitz" me atrajo, me parece otro registro y estoy deseando leerlo (lo haré en breve, acabo de pedirlo en Círculo). Tu reseña me ha puesto los dientes largos, más, si cabe.
ResponderEliminarYa te contaré.
Saludos!
Nunca terminé de decidirme con esas dos novelas (ahora sin embargo no descarto leerlas). Fue esta última que sí me dio la impresión de ser un registro diferente del autor, tal vez más intimista, la que hizo que finalmente me animase a leerlo. Me fascinó su forma de escribir.
EliminarMe encantará conocer tu opinón cuando la leas.
Saludos
Hola Lorena,
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor, pero ante todo felicitarte por la reseña, es estupenda.
Me han encantado algunos de los párrafos que reseñas, llenos de una tristeza inmensa ante la decadencia de un amor, cuando uno ya no quiere...me ha producido tristeza.
Me lo apunto, pero dejaré pasar un tiempo para leerlo.
Un abrazo
Es un libro triste, no puede ser de otra manera. Cuando una relación se rompe el que abandona también sufre aunque no siempre se entienda así.
EliminarEspero que te guste si finalmente lo lees.
Un abrazo
Me uno al club de los que todavía no han leído a este autor. A ver si le pongo remedio pronto.
ResponderEliminarBesos!
Ya me contarás entonces si le pones remedio.
EliminarBesos
TOdavía no me he estrenado con este autor, pero después de haber disfrutado muchísimo con tu reseña, no tengo dudas de que tengo que acercarme a él.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me alegra que te haya gustado la reseña y si con ella te animas a leer a Chirbes mejor que mejor.
EliminarBesos
Imposible resistirse a una reseña tan delicada como la tuya: no tenía muy claro con qué libro estrenarme con Chirbes pero me parece que este puede ser un candidato idóneo. 1beso!
ResponderEliminarA mí fue el que me tentó para estrenarme con él. Quién lo iba a decir, si no fuese por esta novela póstuma tal vez nunca lo hubiera hecho.
EliminarBesos
Chirbes es uno de mis pendientes, y últimamente no dejo de leer sobre él (blogger, instagram, twitter, ...), y este libro, desde luego, no dejo de verlo en RRSS. Lo tengo más que anotado pero aún no me he hecho con él. Ya caerá ...
ResponderEliminarbsos!
Es un escritor muy valorado y con el impacto de su muerte normal que se hable de él. Tómate tu tiempo, tampoco es cuestión de leerlo solo por el bombardeo aunque igualmente te lo recomiendo.
EliminarBesos
Ayy, qué bonitas reseñas haces! :-)
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor. Tengo que poner remedio a eso.
Gracias por tan fantástica reseña.
¡Nos leemos! :-)
De nada. Me alegra que te haya gustado. El libro sí que es bonito.
EliminarBesos