Claus y Lucas - Agota Kristof

"Estoy convencido, Lucas, de que todo ser humano ha nacido para escribir un libro, y sólo para eso. Un libro genial o un libro mediocre, poco importa, pero el que no escriba nada es un ser perdido, no ha hecho más que pasar por la tierra sin dejar huella alguna." 
Agota Kristof dejó de escribir años antes de su muerte. En una entrevista concedida en 2007 a Babelia, suplemento literario del diario El País, ella misma declaró que no sentía la necesidad de escribir: "Para mí la escritura es demasiado importante como para hacer algo que no me guste. Y no creo que me salga ya nada mejor de lo que escribí." La obra literaria de Kristof, la huella que ha dejado, no es demasiado extensa pero sí profunda. En 1956, la escritora huyó a Suiza desde su Hungría natal arrastrada por los problemas políticos de su esposo y acompañada por este y por su hija recién nacida. Treinta años después escribió en francés El gran cuaderno, primera entrega de la trilogía que recoge el volumen que hoy os traigo al cual dan título sus dos protagonistas, Claus y Lucas. El horror que haya vivido Kristof durante la guerra y la posguerra se quedó para ella o tal vez para sus textos más autobiográficos. El horror que se nos narra en El gran cuaderno, así como en La prueba y en la Tercera mentira (segunda y tercera entrega respectivamente de esta trilogía) es el horror de Claus y de Lucas. Cuanto de inspirado en la realidad haya en estos libros nunca lo sabremos, cuanto de ficticio seguramente todo, pero no hemos de olvidar que la línea que separa realidad y ficción es delgada y difusa, y que ambas no son más que las dos caras de la misma moneda. La crudeza y violencia que contienen estos libros es tal, que se nos antoja imposible que cualquier hecho real los supere. No nos dejemos engañar, sus propias páginas nos advierten: "Por muy triste que sea un libro, nunca puede ser tan triste como la vida."
"Justamente, eso no es normal. Piensan juntos, actúan juntos. Viven en un mundo aparte. Un mundo sólo para ellos. Todo eso no es demasiado sano. Es inquietante incluso. Sí, me preocupan. Son muy raros. Nunca se sabe lo que pueden pensar. Están demasiado adelantados para su edad. Saben demasiadas cosas."
Saben demasiadas cosas. Claus y Lucas, Lucas y Claus. Hermanos. Gemelos. Ellos mismos se ponen como tarea aprender a través de la experiencia. Luego lo escriben, no de cualquier manera. Se limitan a narrar lo hechos, sin imposturas, sin adornos, con total carencia de sentimientos. Los sentimientos son engañosos, confunden. Escriben cada uno una redacción de un mismo hecho, eligen la mejor y esa pasa a formar parte de su gran cuaderno.

Su madre les deja de niños con su abuela a la que no conocen. Intenta así mantenerlos alejados del peligro de la guerra en la ciudad. Trabajan de sol a sol. Viven en una casa sin agua colindante a la frontera que separa el pueblo de otro país. No se nos dice cuál es ese otro país, ni siquiera cual es el que habitan Claus y Lucas. Tampoco se nos dice de qué guerra se trata. No importa, cualquiera que sepa leer y que sepa un poco de historia puede poner los nombres que faltan. Cualquiera que sepa leer y que sepa un poco de la vida puede adivinar también los sentimientos ausentes.

A Claus y Lucas tampoco se les nombra. Su narración es siempre en plural. Actúan como si fueran uno. Son un binomio. Claus-Lucas, Lucas-Claus. Son realmente únicos, extraordinarios, inquietantes.

A la abuela todo el mundo en el pueblo la conoce como La Bruja. El resto de personajes tampoco tiene nombres propios. ¿Despersonalización? ¿Alienación?

Agota Kristof escribe como lo hacen Claus y Lucas. Su prosa es seca, directa, incisiva. Se limita a narrar hechos. No hay en ella pensamientos, ni reflexiones, mucho menos sentimientos. Los hechos que narra son extremadamente duros y violentos (violencia física y sexual). Este es un libro feo. Sí, feo, y no porque no me haya gustado, al contrario, pero algo malsano tendría que haber en mí para deciros que he disfrutado de su lectura. Pero me ha gustado, y mucho, me ha parecido brillante. No es una violencia vacía a la que recurre la autora, no está ahí porque sí, no hay regocijo en ella.

Estamos ante un cuento macabro, una fábula sombría. La inocencia de los niños. Inocencia en el sentido del desconocimiento del bien y del mal. No se juzga por tanto. Se hace lo que se tiene que hacer. Se actúa como se tiene que actuar. Estamos ante una nueva moral. El bien es sobrevivir. Todo lo que no lleve a ese objetivo está mal.

La violencia se va rebajando en las dos siguientes entregas, no así la dureza de lo que en ellos se cuenta. Si en El gran cuaderno impera la ley de la supervivencia, en La prueba se enfrentan los años de posguerra. La violencia en esos años es menos directa pero sigue ahí, cruel, soterrada. Claus y Lucas se separan. Uno cruza la frontera y el otro se queda en su país natal. Desaparece la narración en primera persona del plural pero se conserva el mismo estilo sobrio de la primera parte y el mismo aire de... ¿cuál sería la palabra equivalente a ensoñación que en vez de derivar del vocablo sueño lo hiciese de pesadilla?

Typewriter. Fotografía de Cezary Borysiuk

Al disociarse el binomio protagonista cada uno de sus miembros adquiere su nombre propio, también el resto de personajes. Los personajes de este segundo libro son los supervivientes de la guerra. Tendrán que seguir con sus vidas truncadas, vivir sin los muertos que no volverán.
"A veces ocurren estas cosas. Toda una familia se pone a dormir y el que no duerme se queda solo." 
El último de los tres libros sigue fiel al estilo de la autora y se puede considerar como una reinterpretación de lo que acontece en los dos anteriores. Abandono, aislamiento, soledad. Esto es lo que no nombran sus páginas pero lo que se desprende de ellas. También el recurso de la ficción como modo de contar una realidad que nos sea más halagüeña.

Desconfío de las sagas y trilogías. Ya os lo he comentado alguna vez. También me dan pereza, lo reconozco. He tenido la suerte y el acierto de encontrarme con una reunida en un único volumen. Indisoluble. Un trinomio en esta ocasión. Cada uno de los tres libros por separado es una deliciosa e indigesta rareza, los tres en su conjunto son una genial monstruosidad. La tercera mentira lo redimensiona todo.

Observaréis que mi reseña está un tanto carente de sentimientos, que es más fría, más desapasionada que en otras ocasiones. Pareciera que me hubiese contagiado del estilo narrativo de la escritora húngara. No quisiera que por ello pensarais que no me han transmitido sus libros o que su lectura me ha dejado indiferente, al contrario. Es solo que no encuentro las palabras. Tendría que orquestar mi propia ficción para poder nombrar la realidad de todo lo leído en ellos.

Claus y Lucas son la huella que ha dejado Agota Kristof de su paso por la tierra. Y es una huella fría, sombría, desoladora y desesperanzadora. En la misma entrevista a la que hago referencia al principio de esta reseña el periodista le pregunta a la escritora si cree en los sentimientos. Su respuesta fue como lo fue su prosa: firme, directa, rotunda y categórica: "No". Pareciera que no hubiera esperanza para la especie humana, pareciera que no existiera redención. Pero lo que Kristof nos contó fue su realidad, fue su ficción, tremendamente pesimista y triste. Aún no está todo escrito. Que cada uno escriba su libro. Que cada uno deje su huella.
"Si uno piensa, le resulta imposible amar la vida."
Título: Claus y Lucas
Editorial: Booket
Año de publicación: 2014
Nº de páginas: 448

Comentarios

  1. No conocía este libro y parece una historia dura no? No estoy segura de si ahora me apetece una lectura de este tipo...
    Muy buena reseña.
    Un beso

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    1. Muy dura, sí. Ya aviso en la reseña porque tal vez no a todo el mundo le apetezca.
      Besos

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  2. Ufffff, una historia tremenda y un tanto dura. No se si podría afrontarla en estos momentos, pero me la llevo apuntada. Una preciosa reseña. Besos

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  3. Guau, me gusta, aunque sea una historia durilla. Creo que puedo disfrutar de esta historia. A ver si encuentro el libro.
    Besos, Lorena.

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    1. NO creo que te cueste demasiado encontrarlo. Espero que te guste.
      Besos

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  4. En principio no me suena este libro, miraré en mis lista por si lo tengo anotado (o con los títulos individuales), pero creo que no. Me gusta el tema que trata.

    bsos!

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    1. A veces no nos acordamos ni nosostros mismos de los libros que apuntamos, así andamos. Apúntalo, si no lo tienes, sea para ahora o para más adelante es una buena opción de lectura.
      Besos

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  5. ola Lorena:
    Muy buena reseña. Me ha servido para recordar la lectura de la novela. En realidad estos dos hermansos son uno solo. Fíjate en las 5 letras que conforman sus nombres [C-L-A-U-S]; son las mismas para los dos hermanos. Luego si vemos su aventura: uno se quedará dentro del país, el otro saldrá fuera... Diríase que son las dos caras de un mismo ser. Es más, creo recordar que cuando se separan y ya no se usa la 1ª del plural, el YO que aparece es a veces confuso, ¿quién habla ahora? Pero no me hagas mucho caso porque hace tiempo que la leí y lo mismo estoy desvariando.
    En mi opinión es una crítica feroz al sistema comunista impuesto tras la II Guerra Mundial en Hungría por la Unión Soviética. De ahí la frialdad, el desapasionamiento, la crueldad...
    También entiendo esa aparente contradicción que señalas en tu reseña: No he disfrutado leyéndolo, pero me ha gustado mucho. Es cierto, eso ocurre. Hay obras muy duras, muy fuertes que le llevan a uno hasta el desagrado durante el acto de la lectura, pero que si son buenas, luego, al finalizarlas y pensar un poco sobre ellas encontramos que sus calidades son magníficas. Y eso, estoy de acuerdo contigo en todo, es lo que le suce de a esta impresionante novela de Agota Kristof.
    Un beso

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    1. Hola va con hache, naturalmente. Las prisas y la velocidad hacen caer en errores impresentables. ¡Perdón!

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    2. Cierto es lo que dices acerca de los nombres. También que en el segundo libro ya no se usa la primera persona del plural, tal y como indico en la reseña. Sí podría llevarnos la lectura de este segundo libro a pensar que no existen lo dos hermanos y que se trata de un único individuo, pero luego llega el tercer libro, tal vez no lo recuerdes muy bien. De ahí que indique que este último libro redimensiona los otros dos y que la lectura de los tres por separado sea magnífica pero junta es indescriptible. ¿Uno, dos, la misma persona? He ido contando menos de cada libro a propósito para no estropear posibles lecturas de otros lectores. Sí he hecho incidencia en el juego realidad y ficción pues creo que es la clave de estos libros.
      ¿Podría decirse que he disfrutado perversamente de estos libros? A veces los lectores somos tan egoístas...
      Naturalmente hola va con 'h' y ya era evidente en tu primer comentario que el teclear rápido te ha jugado una pequeña mala pasada. Perdonado estás ;)
      Besos y gracias por tu visión sobre estos libros. Los comentarios de los lectores que ya han leído los libros reseñados siempre enriquecen las reseñas.

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  6. Me ha llamado mucho la atencion la reseña y el libro. Me lo apunto.

    Por cierto soy Pérfida
    Un saludo coleguita

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  7. Me ha gustado mucho tu reseña. Tengo el libro hace meses apuntado, pero lo que cuentas de él hace que me hayan entrado ganas de leerlo Ya. Lo malo es que me ha pasado con otro par de ellos estos días. ¡¡Necesito más horas cada día!!
    Lo pongo en preferentes.
    Un abrazo.

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  8. Lo leí estas navidades, precisamente por recomendación de otro blog. Ya se que no es una lectura muy navideña, o si, porque, ¿qué mejor regalo de Reyes Magos que una obra maestra de la literatura?
    Como señalas sobre la cuestión de la trilogía, me parece un acierto presentar los tres libros juntos, porque leer solo la primera parte distorsiona una obra que en mi opinión se tiene que valorar en su conjunto. Es cierto que la crudeza y en fin, la depravación, lo amoral, llega a violentarnos. Pero también ejerce cierta fascinación, en caso contrario nadie lo habría acabado de leer. Yo creo que es una crítica feroz a la guerra y el totalitarismo, además de expresar, como dices, el propio pesimismo vital de la autora. Y contiene recursos narrativos de mucho mérito.
    Una gran reseña, Lorena, sobre un libro difícil de abordar y que da para mucho.
    Saludos!

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    1. Da para mucho, cierto, incluso creo que para releerlo y sacarle aún más miga.
      Fascinación, si es cierto que pueda provocarla la extrema crudeza del libro. Habrá quien lo critique pero sin ella no sería el mismo ni llegaría al lector de la misma manera.
      Y coincidimos en impresiones, sí: una crítica atroz a la guerra, posguerra y a los sistemas totalitarios.
      Me alegra que te haya gustado la reseña.
      Un saludo
      P.D.: Tampoco es que yo en Navidad haga lecturas muy navideñas que se diga ;)

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  9. La apunté después de la reseña de U-topía. Tus magníficas palabras hacen que sienta una necesidad de leer la novela urgentemente, jaja.
    besos

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  10. Lo conocía también gracias a Utopía y parece que voy a tener que aligerarme en buscarlo, que ambas me habéis dejado con muchas ganas.
    Besotes!!!

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  11. Me pareció un libro durísimo pero que creo que merece la pena leer. Estupenda reseña.
    Besos!

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    1. Sí que merece la pena. Me alegra que te haya gustado la reseña.
      Besos

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  12. Me gusta la temática, así que me lo llevo apuntado =)

    Besotes

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  13. Yo no la conocía, lo que después de leer la reseña me parece un sacrilegio, me la llevo y le encontraré el momento sin duda ninguna. Gracias por el descubrimiento.

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    1. No te creas que yo lo descubrí hace poco y no me pude resistir a leerlo.
      Espero que te guste.
      Besos

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  14. Estoy de acuerdo con tu reseña, es la tercera parte, mucho más difícil y enrevesada que las anteriores, la que convierte este libro en único y te obliga a replantearte todo lo anterior. Y eso es gracias al enorme talento de la autora para manejar una estructura de rompecabezas en la que todo va encajando.
    Muchas reseñas, incluso la propia sinopsis de la editorial, describen esta obra como "una fábula sobre las consecuencias de la guerra", o, estúpidamente, "una mirada al mundo con ojos de niño malo", pero es mucho más que eso, y nos vamos dando cuenta a medida que avanzamos en la lectura (aunque es cierto que el ritmo se detiene bastante en esa segunda parte más aburrida, aunque también, como constataremos al final, necesaria para entenderlo todo). La narración trasciende la pura trama y se convierte en un brillante e inteligentísimo ejercicio metaliterario, donde las identidades se confunden, las voces del discurso cambian, se alternan o viajan del pasado al presente confundiéndonos, engañándonos, haciéndonos dudar hasta el final de quién escribe y sobre quién, y, ante todo, mostrándonos el absoluto poder de la escritura como instrumento que vincula la identidad y la experiencia.

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    1. Gracias por tu comentario. Me has hecho recordar esta magnífica lectura.
      Es cierto que esta trilogía esconde una crítica atroz de la guerra y sus consecuencias, y lo es aún más que en el juego entre lo que es verdad y mentira o quién es realmente el narrador reside el auténtico sentido de estos libros. Uno de los mejores libros (los considero sólo uno pues creo que es cómo realmente hay que leerlos para admirarlos con todo su potencial y, por cierto, a mí la segunda parte no me pareció aburrida) que he leído últimamente y completamente diferente a todo lo que he leído con anterioridad.
      Saludos

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