La cara desnuda de la mujer árabe - Nawal El Saadawi

Sucedió una noche. Durante ese estado placentero que difumina la frontera entre la vigilia y el sueño, algo brusco interrumpe esa ensoñación y rasga para siempre el velo de inocencia a una edad en la que ni siquiera se conoce el significado de esa palabra.

Nawal El Saadawi tiene seis años la noche en que unas manos la agarran y la sacan con violencia de su cama. No puedo evitar, al leer las primeras palabras del libro que El Saadawi escribe años después y que hoy os traigo, recordar el comienzo de la novela de Anna Giurickovic La hija. Pronto salgo de mi error y me doy cuenta de que a la pequeña Nawal no le va a ocurrir lo mismo que a Maria, la niña y luego adolescente de la novela que cito pero, cuando termino de leer la experiencia que relata Nawal El Saadawi, pienso que tal vez no estaba tan equivocada al creerlo así. Lo que le hicieron a Nawal fue un abuso y no solo sexual. Lo perpetraron con violencia y ejercieron sobre ella el abuso de poder. Hay algo que se rompió a partir de ese momento, algo más frágil que ese himen (estandarte más de la honra del hombre que de la mujer) que se pretende mantener intacto hasta el matrimonio a través de la barbarie. Es la seguridad, la confianza, la promesa de futuro. Lo que Nawal El Saadawi aún no sabe pero con los años no solo entenderá si no que se dejará la piel para que otros lo entiendan, es que todo eso ya le había sido negado desde su nacimiento porque, como ella misma escribe en este libro, «la primera agresión que sufre una niña en la sociedad es el sentimiento de que no es bien recibida cuando llega al mundo».

A Nawal El Saadawi le practicaron la mutilación femenina a los seis años. Asustada y aterrada, cuando todo terminó (o más bien empezó) «no sabía qué parte del cuerpo me habían cortado y no intenté descubrirlo, simplemente lloraba y llamaba a mi madre pidiendo ayuda. Pero, cuando miré alrededor, el golpe más duro fue descubrir a mi madre allí, de pie, a mi lado. Sí, era ella, en cuerpo y alma, no me estaba confundiendo, allí, en medio de todos esos extraños, hablándoles y sonriéndoles, como si, apenas hacía unos minutos, no hubieran participado en el sacrificio de su hija».

Nawal El Saadawi no guarda rencor a su madre, como muestra la dedicatoria al inicio de este libro (Dedicado a Zaynab Shukri, esa gran mujer que vivió y murió sin darme su apellido: mi madre). Tal vez sea excesivo por mi parte calificar aquello en lo que su madre no solo consintió sino que fue cómplice como un acto de amor pero sí creo que por su parte fue un acto de protección. Protección tanto a la hija como a la familia. Protección de la sociedad. Pero ¿quién protege a las hijas de sus familias?

La cara desnuda de la mujer árabe no es un libro autobiográfico, a pesar de que su autora lo comience contando esta experiencia tan personal. Tampoco es una novela, como la mencionada de Anna Giurickovic. Se trata de un ensayo puro y duro. Un ensayo escrito en los años setenta del pasado siglo y publicado en España por primera vez en los años ochenta. Un ensayo cuya lectura, a pesar de que por los años trascurridos no dejará de tener datos desfasados, sigue sintiéndose actual.

Nawal El Saadawi comienza este ensayo sobre la situación de la mujer árabe desde el reducto más íntimo de la misma, desde esa parte escindida del resto de su cuerpo y de su identidad como mujer. Pero el reducto más íntimo también es la familia y la casa que debería ser hogar y sin embargo es prisión, esa casa de la que muchas mujeres tan solo salen para ir al médico (y siempre acompañadas por un varón de la familia) o cuando su vida llega a su fin.

Lo íntimo es también lo que uno no cuenta y guarda para sí. Así, El Saadawi nos habla también de las violaciones y abusos sexuales cometidos en el ámbito familiar. Nos habla de la prostitución, esa salida del hombre a sus impulsos sexuales en una sociedad hipócrita, ese recurso de las mujeres que no tienen recursos en una sociedad que no les permite desarrollar sus capacidades para procurárselos ellas mismas de otra manera.

Pero El Saadawi no se queda ahí. Ella siempre ha sido una inconformista. Sale de las paredes del hogar, se aleja del núcleo familiar. Podría ir hacia adelante, hacia donde ella piensa que las mujeres y la sociedad deben ir pero no lo hace. Nawal El Saadawi es lista, retrocede y vuelve la vista atrás. Sabe que para vencer al enemigo hay que conocerlo, ir hacia el origen, hacia ese punto en el que comenzó su poder. Sabe que la huida hacia adelante solo lleva a la falsa libertad y a la doble moral.

Así, indaga en las causas religiosas del sometimiento de las mujeres. El islam es una de las grandes religiones monoteístas junto al judaísmo y al cristianismo pero, en contra de lo que pueda parecer, históricamente no ha sido la más represiva hacia las mujeres. La causa de esa represión e injusticia, pues, es otra. 

El Saadawi lo tiene claro. La causa está en la economía, en el tránsito de las antiguas sociedades matriarcales al feudalismo y luego al capitalismo, en la instauración del patriarcado que no es otra cosa que el dominio de una clase sobre otra: el patrón domina al esclavo; el hombre, a la mujer.

Con ese viaje retrospectivo Nawal El Saadawi consigue trascender las fronteras de su Egipto natal y de los países árabes y derribar mitos culturales. Saber de nuestro origen compartido hace que no veamos tan distinta la cultura árabe a la nuestra. Puede que ya no nos reconozcamos en esa niña que es mutilada y a la que se le priva de por vida del placer sexual, en esa mujer cubierta de pies a cabeza que puede ser repudiada al antojo de otros, pero la mujer que avanza tímida e incluso a veces escandalosamente hacia esa modernidad inspirada por el imperialismo no nos resulta tan lejana. Y no nos lo resulta porque avanza sobre falso suelo cometiendo nuestros mismos errores. Creo que es por ello por lo que esta lectura continúa siendo actual cuarenta años después de ser escrita. Por ello y porque el miedo a ser sacadas bruscamente de nuestra plácida ensoñación de igualdad, ser sujetadas firmemente de brazos y piernas como lo fue aquella noche la pequeña Nawal para ser violentadas, forzadas, humilladas, sometidas y/o anuladas, bien sea física o metafóricamente, es un miedo latente en todas nosotras y escrito con las lágrimas y sangre de tantas mujeres durante años, siglos y generaciones.
Nawal El Saadawi en 2010, fotografía de Bengt Oberger
«Se podría pensar que el principal criterio por el que se rige cualquier precepto moral, si es que realmente es moral, debería ser que se aplique a todos los seres humanos sin excepción y sin discriminación de sexo, color o clase social. Sin embargo, los códigos y patrones morales de nuestras sociedades pocas veces se aplican a todas las personas por igual. Ésta es la prueba irrefutable que demuestra hasta qué punto esos códigos y patrones son inmorales».  
«La primera condición para que se den los principios básicos del respeto y el amor recíprocos es que ninguna persona puede dominar a otra». 
«Creo que la libertad sexual, intelectual, social y económica es una necesidad para todo ser humano, hombre o mujer, en cualquier sociedad. Sin embargo, creo también que la libertad sexual de la que goza la sociedad capitalista moderna se ha conseguido de forma unilateral sin que haya conllevado un desarrollo paralelo de las libertades social y económica. Esto pone en cuestión los verdaderos motivos que se esconden tras la consistente y creciente campaña que incita a hombres y mujeres a tirar por la borda sus inhibiciones sexuales y sus principios. Y, a su vez, pone en peligro sus posibilidades de progreso, pues todo desarrollo que implique sólo un aspecto de la vida sin tener en cuenta su globalidad puede traer consigo nuevas distorsiones y monstruosidades. Por esta razón se está extendiendo la creencia de que la libertad sexual, tal y como se predica hoy en la sociedad capitalista moderna, no es capaz de dar respuestas o soluciones válidas a muchos de los problemas de la vida y felicidad personal, y que, quizá, sólo sea otro medio, algo más sutil, de hacer pagar a la gente el precio del consumismo creciente y del afán de beneficios de las multinacionales. Se trata de otro "opio" para debilitar las energías que, de otro modo, podrían dirigirse a combatir cualquier forma de explotación. A este respecto, las sociedades orientales y árabes no se han diferenciado de las occidentales. Tanto en unas como en otras, han sido las necesidades económicas las que han gobernado y dictado los valores morales y las normas de comportamiento sexual». 
«Las injusticias aunque duren mucho tiempo no dejan de ser una injusticia». 
«El trabajo no podrá ser nunca un medio de emancipación de los seres humanos a menos que se desarrolle dentro de la estructura de una sociedad justa, que ofrezca las mismas oportunidades a todos de acuerdo con sus capacidades y aptitudes, y no según la clase social o el sexo». 
«La libertad tiene un precio, un precio que toda mujer que se enfrenta a la agresión de la sociedad ha de pagar con su tranquilidad, su paz e incluso su salud. En cualquier caso, no más elevado que el que paga la que elige vivir sometida, pues ella también empeña en ello su salud, su felicidad, su personalidad y su futuro. Por tanto, ¿por qué no pagar mejor el precio de la libertad que el de la esclavitud? [...] Para una mujer, poder reconquistar su personalidad, su condición humana y su dignidad es mucho más valioso que contar con la aprobación de una sociedad dominada por los hombres».
mgf5. Fotografía de Olga Barrios





Ficha del libro:
Título: La cara desnuda de la mujer árabe
Autora: Nawal El Saadawi
Traductora: María Luisa Fuentes
Editorial: Horas y Horas
Año de publicación: 2011
Nº de páginas: 380
ISBN: 978-84-87715-05-1



Viajar leyendo autoras: con la lectura de La cara desnuda de la mujer árabe comienzo mi participación en el club de lectura #ViajarLeyendoAutoras organizado por Isa Martínez (@MtnezIsa, @readingsnorth). La iniciativa consiste en lo siguiente (copio y pego de la descripción del club facilitada por Isa en el grupo de facebook en el que se desarrolla el mismo):

Club Viajar Leyendo Autoras 2020:
Las lecturas serán bimestrales. En enero y febrero viajaremos a África. En marzo y abril viajaremos a América. En mayo y junio viajaremos a Asia. En julio y agosto haremos el viaje especial a España. En septiembre y octubre viajaremos a Europa. Y por último, en noviembre y diciembre viajaremos a Oceanía.
Cada bimestre, a través de una encuesta, escogeremos una autora y cada uno leerá la obra u obras que decida.
Iremos comentando nuestras elecciones, compartiendo impresiones y haciendo recomendaciones.

Para leer en enero y febrero han sido propuestas Nawal El Saadawi, Najat El Hachmi y Leïla Slimani, siendo elegida por votación la primera de ellas.

Nawal El Saadawi nació en Kafr Tahl, Egipto en 1931. Es escritora, feminista, médico y activista política. Esta considerada como una de las feministas más importantes de su generación. Como médica ha llegado a ocupar puestos de responsabilidad. Como escritora es autora de una extensa obra en la que abundan tanto las obras de ficción como las memorísticas y autobiográficas y los ensayos. Siempre combativa, llegó incluso a estar presa por manifestar sus opiniones políticas.




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Comentarios

  1. Uyy, ¡qué ilusión reencontrarme con Nawal El Saadawi bajo tu mirada! Cuando la leí con su novela “Dios muere a orillas del Nilo” (por mi blog está), una novela emotiva, deslumbrante (por esa bella manera de escribir) y durísima a la vez, ya me di cuenta nada más empezar la lectura que allí había una escritora muy, muy potente, y desde luego es una de esas escritoras que me han dejado huella, no solo por su obra, también por su cruzada personal contra el implacable machismo de su entorno. Una luchadora nata y una de las intelectuales, por formación, más brillantes del mundo árabe.

    Ya tenía apuntado este título, pues a raíz de haber leído su novela… anoté varias obras suyas.
    Te doy toda la razón, Lorena, leer a Nawal siempre supone un mensaje poderoso a la sensibilidad actual.

    Gran entrada de tu parte, me ha alegrado un montón verla por aquí, y pienso que habéis hecho una magnífica elección en el club de lectura que mencionas.
    Un abrazo.

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    1. Creo que este club de lectura me va a dar muchas alegrías lectoras.

      Recuerdo encontrarme con Nawal El Saadawi en tu blog. Ya entonces tenía en mente leerla. Finalmente no me he estrenado con ella ni con los libros que tenía pensado ni con el que tú reseñaste. Aún así ha sido una estupenda elección y una lectura muy enriquecedora.

      Un abrazo

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  2. Conozco a la autora por el blog de Paco, como acaba de comentar y además, después estuve viendo varias vídeos suyos en YouTube y me pude hacer una idea aproximada de su pensamiento. Me gusta el enfoque, porque va más allá de la cuestión religiosa, sin obviarla.
    Habéis hecho una gran elección. Este libro, aunque sea de los años 70 tiene esa impronta de los clásicos del pensamiento, cuya lectura es siempre de provecho.
    Un abrazo.

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    1. A mí ya me la habían recomendado mucho antes de encontrármela en el blog de Paco. Ha sido una suerte que la seleccionaran para el club y que después saliera elegida. Cuando hablamos de la cultura árabe pocas veces vamos más allá del islam y eso es un grave error. Es algo sobre lo que reflexionar el hecho de que el contenido de este libro siga siendo actual cuarenta años después y no solo en esos países sino en otros en los que afortunadamente vamos más avanzados en esas cuestiones, aunque a veces sea un falso avance. Una autora muy recomendable y necesaria.

      Un abrazo

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  3. Hace tiempo que tengo a esta autora en mi punto de mira. Leí la reseña de Paco de "Dios muere a orillas del Nilo" (veo a Paco por ahí arriba) pero solo lo encuentro en amazon por 36 euros lo que me parece un despropósito porque encima es de segunda mano.
    Mientras lo encuentro y no, voy a leer este ensayo porque ya me había llamado la atención cuando vi que lo ponías en Facebook, pero tras leer tu reseña, me apetece aún más. Esas frases del libro que citas al final, son de lo más cierto y parece mentira que muchos no lo vean así. Aunque más que no verlo, es que no les interesa darse por aludidos. Mantener a la mujer sojuzgada y como ciudadana de segunda es muy conveniente para cosas que ni se nos ocurrirían, como puede ser hasta la economía que se cita en el ensayo.
    La iniciativa me parece muy interesante, pero no quiero más compromisos que los que ya tengo, así es que te seguiré e iré viendo lo que leéis y me apuntaré con calma a lo que más me atraiga.
    Un beso.

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    1. No interesa verlo por comodidad y porque es difícil renunciar a los privilegios que se tienen por tan solo nacer con un sexo o una posición determinados. También es verdad que muchas mujeres no lo ven porque no conocen otra cosa y asumen que su situación es esa y no puede ser otra.

      El año pasado ya me quedé con ganas de participar en esta iniciativa. Tampoco quise comprometerme pues el tiempo da para lo que da. Este año, aunque tampoco tengo mucho tiempo, voy a intentar participar aunque, eso sí, sin crearme ningún tipo de obligación. Creo que voy a descubrir a autoras interesantes con diferentes puntos de vista. No hay obligación de embarcarse en todos los viajes, por lo que si alguno te apetece, bienvenida serás.

      Besos

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  4. Es cierto que Paco da a conocer lecturas más que interesantes. También yo conocía a Nawal El Saadawi por él, aunque aún no he leído "Dios muere a orillas del Nilo" que reseñaba en su blog.
    Este ensayo me parece muy interesante y tu reseña muy buena, Lorena. Me ha interesado todo lo que expones pero me han gustado especialmente los textos que destacas sacados del propio libro.
    En cuanto a la actualidad del libro, cómo se nota tu juventud, amiga mía. Para mí los años 70 suponen regresar a la mía y me parece un momento no tan lejano del hoy. Por otra parte creo que la situación de la mujer árabe no ha evolucionado tanto en esa cultura como en la nuestra, aunque hay que ser honestos y darnos cuenta de que la lucha de la mujer en esos países está creciendo y que las mujeres iraníes, saudíes, marroquíes, egipcias, argelinas... están luchando por su libertad y por dejar atrás -algunas, no todas, desgraciadamente- costumbres atávicas que lejos de integrarlas socialmente las apartan y ningunean de esa sociedad que dice acogerlas.
    Un beso, amiga mía

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    1. Jejeje... Este libro y yo nacimos casi a la vez.

      Las mujeres árabes están siguiendo un camino que las occidentales hemos comenzado hace tiempo. Corren, sin embargo, siguiendo nuestros pasos, el peligro de repetir nuestros mismos errores. Hay costumbres brutales que permanecen en muchos países pero que, afortunadamente, en otros se van aboliendo. No hay que caer en la trampa de pensar que con tan solo eso las mujeres ya son ciudadanas de pleno derecho.

      Besos

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  5. ¡Hola Lorena! Que duro el tema de este libro y más cuando la autora habla desde su propia experiencia. Leyéndote me venía a la cabeza las novelas de Waris Dirie (Flor del desierto), miembro de una familia musulmana somalí que las escribió para contar al mundo su experiencia y su forma de pensar sobre el tema
    Maravillosos algunos de los párrafos que has seleccionado de tu lectura
    ¡Un beso!

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    1. Conozco el libro que mencionas y a su autora. En este caso se trata de un ensayo y no de un libro autobiográfico, a pesar de que Nawal El Saadawi comience contando esa experiencia tan personal. Aun con esa diferencia, qué pena que lecturas como estas continúen siendo tan necesarias.

      Los párrafos seleccionados contienen verdades como puños que es conveniente no olvidar.

      Besos

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  6. No lo he leído, pero me lo llevo apuntadísimo. Me ha parecido una lectura muy interesante y necesaria. Las citas que has seleccionado me han encantado. Son muy buenas.
    Un abrazo.

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  7. Con la introducción que has hecho hablando del inicio del libro, ya tenía los pelos de punta. Que tuviera que pasar por eso, y con seis años... madre mía. Pero, claro, hace cuarenta años del libro y aún hoy esta práctica existe, es que es tremendo.
    Además, me interesa que se acerque tanto a hablar de la economía, de cómo ha ido cambiando y con ello el dominio de la mujer y de cómo era la religión musulmana realmente.
    La autora no la conocía, pero me la llevo apuntada al igual que el ensayo, que, a pesar de los años, no está tan pasado.
    Una gran entrada, comos siempre =)
    ¡Un saludo!

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    1. Es una lectura interesante porque no se queda en esa superficie que todos conocemos sino que ahonda en el origen de la misma.
      Espero que te guste.
      Saludos

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  8. Tengo algún título de la autora dando vueltas. Es probable que lo tenga incluido como lectura para el presente año; después de leerte, no cabe ninguna duda de que lo incluiré si no lo está.
    Es esclarecedor su exposición sobre el sistema de dominación machista/feudal que aún hoy se sostiene en algunas sociedades. Y tiene razón: la libertad sexual no alcanza para emanciparse si no se acompaña de la libertad económica y social.
    Gracias por traernos a esta autora y su denuncia.
    Un abrazo.

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    1. Lo último es una gran verdad: la libertad sexual si no viene acompañada de libertad económica y social tan solo es un triste engaño.
      Una autora interesante y necesaria, sin duda.
      Un abrazo

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  9. Pues no tenía ni idea de esta autora, la verdad. He buscado también por google y me parece una autora interesante. La tendré en cuenta :)
    Un abrazo.

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    1. Me alegra entonces habértela dado a conocer. Ya me contarás si te animas con ella.
      Un abrazo

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