Todo lo que no te conté - Celeste Ng

«Lydia está muerta. Pero eso aún no lo saben. 1977, 3 de mayo, seis y media de la mañana. Nadie sabe nada excepto este dato inocuo: Lydia llega tarde a desayunar».
Así comienza la novela que os traigo hoy, con esa frase breve pero tan contundente que no deja lugar ni a un asomo de duda: Lydia está muerta. Pero eso aún no lo saben, continúa, refiriéndose a la familia de Lydia; como aún no saben tantas otras cosas, añado yo. Sin embargo, el comienzo de dicha muerte, de cómo Lydia desapareció una noche de su cuarto y de su casa, de cómo terminó su cuerpo hundido en el lago cercano a la misma, de cómo días más tarde lo encontraron y lo sacaron de allí, desfigurado ya en parte de manera que su padre le niega una última visión de su hija a la madre, el comienzo de todas esas cosas que no saben, de tanta ignorancia, de todo lo que no se cuenta y por tanto se sepulta, capa tras capa de silencio y de sonrisas vacías, capa tras capa de agua sobre el cuerpo de la joven Lydia, el comienzo en que se decide tácitamente que van a vivir así, que esas son las reglas no escritas y nunca revisadas de esa familia, no es un 3 de mayo de 1977 a las seis y media de la mañana, el momento en el que todo comienza a precipitarse cuesta abajo hasta el fondo de ese lago sucede mucho antes.
«¿Cómo había empezado? Como todo, con madres y padres. Con la madre y el padre de Lydia, con las madres y padres de éstos. Porque tiempo atrás la madre de Lydia había desaparecido y su padre la había traído de vuelta a casa. Porque su madre había querido, por encima de todo, sobresalir. Porque su padre había querido, por encima de todo, pasar desapercibido. Porque ambas cosas habían sido imposibles».
De imposible tacharían muchos el matrimonio entre James y Marilyn, padres de Lydia, que se casan en una época en la que los matrimonios interraciales todavía son delito en muchos estados de los Estados Unidos. Ella es una joven blanca típicamente americana; él, un hombre chino y a los ojos de los demás simplemente eso: chino. Poco importa que haya nacido en los Estados Unidos y se haya esforzado siempre por ser uno más, como poco importará años después que su hija Lydia pertenezca a la segunda generación de nacidos en el país, que su madre sea blanca e indiscutiblemente americana y que sus ojos sean de un sorprendente color azul. Para la prensa local de Middlewood, la pequeña ciudad de Ohio en la que viven, Lydia será la chica oriental de dieciséis años que ha aparecido muerta, será una de los dos únicos chinos que estudian en el instituto de Middlewood, y no ayuda mucho que el otro chino sea su hermano Nath.

James y Marilyn se enamoran uno del otro por los motivos equivocados. Marilyn, estudiante brillante que aspira a convertirse en médico y a liberarse de ese futuro de esposa y madre perfecta que su madre le augura y sueña y que ambicionan tantas chicas de su edad, ve en James una persona diferente como ella también siente ser. James, en cambio, percibe que Marilyn encaja por derecho propio en donde él no consigue que lo acepten y le maravilla recibir de Marilyn esa aceptación plena. Los dos se enamoran por motivos equivocados, sí, como equivocaciones posteriores cometerán, pero el amor nunca es error cuando es sincero y James y Marilyn, siguiendo la honestidad de sus sentimientos, contraen matrimonio.

A la boda seguirá un pronto embarazo que frustrará los planes académicos y profesionales de Marilyn. A ese primer hijo, Nath, se le unirá pronto Lydia. Años después llegará Hannah, la niña que los mira a todos porque a ella nadie la mira, la niña a la que no hace falta contarle nada porque todo lo sabe, todo lo observa, todo lo siente, porque observar a su familia es la forma que tiene de depositar el amor que no recibe.
«-No quieres ponerte eso -dijo Lydia, con una amabilidad en la voz que sorprendió a Hannah, que la sorprendió a ella misma-. Escúchame. Crees que sí. Pero no -escondió la cadena en el puño-. Prométeme que no te lo volverás a poner. Nunca.
Hannah negó con la cabeza con los ojos abiertos de par en par. Lydia le tocó la garganta, acariciando con el pulgar el fino hilo de sangre donde la cadena le había cortado la piel.
-Nunca sonrías si no tienes ganas -le dijo, y Hannah, medio cegada por el foco de la atención sin reservas de Lydia, asintió-. Acuérdate».
A Hannah nadie la mira porque ha llegado tarde, porque ha nacido después de que comenzara todo. Cuando ella llega a la familia su madre ya ha depositado todas las esperanzas de ver cumplidos sus sueños en su otra hija; su padre, decepcionado íntimamente por su hijo mayor, que tanto le recuerda a sí mismo a su edad, ya ha trasladado sus deseos de integración y popularidad a la primera de sus hijas; sus hermanos ya han sellado, sin sospechar siquiera que un día uno de ellos lo romperá, un pacto mudo cuyas consecuencias aún son incapaces de calibrar según el cual Lydia se inmola y acepta su sacrificio en aras de la felicidad familiar y Nath, aun sintiéndose desplazado, será el sostén, la mano siempre tendida que sujetará y mantendrá a flote a Lydia. A Hannah tan solo le queda orbitar silenciosamente alrededor de todos ellos para no romper, para no alterar, para no resquebrajar el delicado equilibrio familiar.
«Una vez, en el museo de la universidad, mientras Nath se quejaba de que iba a perderse la proyección del planetario, Lydia se había fijado en un trozo de ámbar con una mosca atrapada dentro. «Eso es de hace un millón de años», susurró Marilyn abrazando a su hija desde detrás. Lydia lo había mirado fijamente hasta que Nath por fin tiró de las dos. Ahora pensó en la mosca aterrizando delicadamente en el charco de resina. Quizá lo había tomado por miel. Quizá no había visto el charco. Para cuando se dio cuenta de su error, era demasiado tarde. Se había agitado, luego se había hundido y a continuación ahogado».
Lab coat on NSW display. Fotografía de loulrc

Pero entonces llegan las seis y media del 3 de mayo de 1977 y Lydia no baja a desayunar. Cuando su madre sube a su cuarto a buscarla se encuentra la cama hecha, vacía e intacta. Busca por toda la casa; busca por el jardín. No puede ser: su hijita querida, su orgullo, su niña perfecta nunca se hubiera ido de casa en plena noche; alguien se la tuvo que llevar. Cuando su padre llama por teléfono una por una a todas las amigas de Lydia descubre consternado que tan solo son compañeras de instituto y que apenas la conocen ni pasan tiempo juntas más allá de las clases. Más tarde Marilyn encontrará un paquete de preservativos en la bolsa de libros de su hija. Lydia lleva algún tiempo quedando después de las clases con Jack, un chico con no demasiada buena fama por el que su hermano Nath no siente especial simpatía. ¿Quién es realmente Lydia? ¿Qué secretos les oculta? ¿Por qué?
«Es una fotografía de las últimas Navidades. Lydia estaba de malhumor y Nath había intentado animarla, chantajearla para que sonriera a la cámara. No había funcionado. Está sentada junto al árbol, con la espalda apoyada en la pared y posa sola. Su cara es de desafío. Lo directo de su mirada, completamente de frente, sin un atisbo siquiera de perfil, dice ¿Qué estás mirando? En la fotografía Nath no es capaz de distinguir el azul de sus iris del negro de las pupilas, los ojos son agujeros negros en el papel satinado. Cuando fue a recoger las fotos a la tienda se arrepintió de haber captado aquel instante, esa mirada tan dura en la cara de su hermana. Pero ahora reconoce, viendo la fotografía en la mano de Hannah, que se parece a Lydia, al menos al aspecto que tenía cuando la vio por última vez».
Con la desaparición de Lydia toda la familia se desmorona; ella era el pilar sobre el que esta se asentaba. Cada uno sufrirá su dolor y su culpa pero son incapaces de compartirlo y apoyarse así unos a otros. Callan, optan por el silencio, no cuentan lo que llevan dentro como tampoco lo contó Lydia. No cuenta Marilyn, no cuenta James, no cuenta Nath, no cuenta Hannah, ni siquiera cuenta Jack. Es ella, Celeste Ng, también estadounidense de origen chino, la que nos los cuenta a todos. Es ella quien les pone voz, quien nos lleva adelante y hacia atrás en torno a ese 3 de mayo. Y nos lo cuenta de manera hipnótica, anestesiándonos casi, sumiéndonos en un letargo en el que sin embargo nos vamos sintiendo cada vez más conmocionados bajo las capas que va arrojando sobre nosotros con su precisa disección. Porque las capas pesan, y el dolor, y la culpa, como le debió pesar a Lydia el agua de ese lago que fuera su primer ataúd. Lydia, que está muerta, y que poco sospechó esa madrugada del 3 de mayo de 1977 que, tras su muerte, se volvería a convertir en la base sobre la que se levantaría un nuevo equilibrio familiar.
«Hasta ese momento Lydia no había sido consciente de lo frágil que era la felicidad, de que, si no tenías cuidado, podías volcarla y hacerla añicos».
At Hoan Kiem lake. Fotografía de Staffan Scherz





Ficha del libro:
Título: Todo lo que no te conté
Autora: Celeste Ng
Traductora: Laura Vidal
Editorial: Alba
Año de publicación: 2016
Nº de páginas: 288
ISBN: 9788490651773





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Comentarios

  1. ¡Hola! De esta novela tengo en mente haber leído alguna reseña en uno de mis blogs de confianza también buena. De hecho la pedí en la biblioteca y se compró aunque nunca llegué a leerla (me suele pasar, que rodeada de tanto libro, pues aunque tenga uno en mente, de repente cae otro en mis manos y no puedo evitar hacerle hueco. Para la lectura soy así, muy de impulsos
    Me encanta saber que también a ti te ha gustado. Muy buena tu reseña
    Besos

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    1. Te entiendo perfectamente. Solo alcanzamos a leer una pequeña parte de lo que tenemos en mente leer. Más en tu caso, con tanto trasiego de libros por tus manos.

      Yo también leí muy buenas reseñas en su día de este libro y me apetecía mucho leerlo. Como acostumbro a hacer, lo dejé un poco 'enfriando', a ver si con el tiempo realmente me apetecía leerlo. En este caso le llegó su momento, y me alegro mucho de que haya sido así, pues lo he disfrutado muchísimo.

      Besos

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  2. Yo también la apunté en su día y no me hice con ella. Gracias por recordarmela con esta estupenda reseña. Un beso

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    1. Gracias a ti por la visita, Rocío. Si te animas a leerlo espero que te guste.
      Besos

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  3. Ay, Lorena, me matas. Otra novela de las mías. Menos mal que está Amazon para servirlas en el acto y calentitas.
    Ya la primera frase de la novela me ha enganchado; como me enganchaste con "Agua salada", con "Canción dulce, con "Un fin de semana"... Algunos de los mejores libros, de los mejores autores, que he conocido en los últimos tiempos te los debo a ti.
    Me fascina e intriga cómo puede la vida de la familia estar tan sustentada por Lydia; cuáles pudieron ser los acontecimientos que sucedieron antes del nacimiento de Hannah y que suponen que para entonces ya todo había comenzado; ese pacto entre Nath y Lydia; esa relación de los padres que, cuando menos, parece extraña; lo que pudo suceder en tiempos de los abuelos...
    En fin, otra novela que pasará por delante de muchas.
    Gracias, gracias.
    Un beso enorme.

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    1. Espero no haberte creado expectativas que luego no se cumplan. Es una buena historia y muy bien contada, aunque no sé si llega a la altura de las tres novelas que citas pero, claro, es que en ese trío están dos de mis mejores lecturas del año pasado y probablemente una de las de este (y eso que estamos a marzo). De todas formas, como por aquí ya nos vamos conociendo casi todos, me atrevo a augurar que te va a gustar; vamos, que es muy de las tuyas.

      Aunque la novela arranque con la muerte de Lydida y, lógicamente, haya que averiguar qué fue lo que le pasó, no es eso lo que tiene más peso en esta historia. He visto catalogada muchas veces esta novela como thriller pero no me parece que sea un thriller al uso. Así que sí, soy un poco mala y me apetecía igualmente crear un poco de intriga y misterio ;) Me alegra haberlo conseguido.

      Espero que la disfrutes. Ya me contarás.

      Besos

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    2. De momento, las expectativas que me creas, siempre se cumplen con creces. Jamás ha habido decepción. Y si algún día no se cumplieran, tampoco pasa nada. Son cosas que pasan.

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  4. Lo apunté hace tiempo y poco ha que me hice de una versión digital, aunque aún no le di curso por un motivo simple: Lydia -así, exactamente igual- fue el nombre que llevó mi madre durante sus casi 92 años de vida, y su deceso aún me afecta.
    Por lo demás, parece una historia familiar más que interesante. Esperará un poco más, pero seguramente lo he de encarar.
    Gracias por tan bonita reseña.
    Un abrazo grande.

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    1. Lamento que tal coincidencia de nombre y el dolor que te provoca te impida por el momento disfrutar de esta lectura. En fin, seguro que tienes otras muchas muy buenas que la suplan en el punto de mira.
      Un abrazo

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  5. Me has impactado con ese vacío existencial en el que la familia parece haber instalado a la pequeña Hannah, incluso más que la muerte de su hermana. Pero solo es una impresión que tendría que reforzar, o no, tras leer el libro.
    Celeste Ng es una autora que de cuando en cuando encuentro por los blogs, no muchos, y siempre deja su huella. Terminaré leyéndola, sin duda.
    Magnifica reseña, Lorena, siempre brillas a gran altura.
    Abrazos!

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    1. Lo bueno de que la autora alterne la perspectivas de los cinco miembros de la familia para contar la historia es que, hasta con aquellos que más se equivocan, podemos empatizar de un modo u otro con todos ellos. A veces pienso que la pequeña Hannah se ha quedado también relegada en cuanto a protagonismo en la trama, pero yo he querido darle el sitio que creo se merece en mi reseña porque, aunque todos en algún momento me han conmovido, tengo que admitir mi especial predilección no solo por Hannah sino también por Nath, incluso más que por la propia Lydia a pesar de su triste y terrible final.

      También leí varias reseñas en su día. Ahora hace que no me encuentro con ninguna, pero si con la mía se le da una segunda vida a esta novela, pues yo encantada.

      Gracias por tus amables palabras.

      Un abrazo

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  6. Tu reseña deja muchas interrogantes, anima a la lectura. Al principio me parecía una historia del tipo "Desde mi cielo", novela que me decepcionó, pero creo que aporta otro tipo de matices y seguro que es más consistente, aparte de que prescinde del elemento sobrenatural.
    Me encanta la delicadeza de la portada, parece una puesta de sol. Le echaré un vistazo.
    Feliz finde.

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    1. Pues contar cuento bastante pero, claro, lo dejo caer sin entrar en detalles, tampoco es cuestión de estropear la lectura a nadie.

      Leí Desde mi cielo hace ya varios años. Recuerdo que, no sé por qué, empaticé bastante con el padre. Pero ciertamente fue una lectura que tampoco me pareció para tanto. Y aciertas, aparte de la muerte de dos chicas adolescentes poco tienen que ver ambas novelas. Esta invita más a la reflexión y hasta podría haberse contado la historia sin llegar a esa consecuencia tan extrema como es la muerte de Lydia.

      La portada a mí me encanta. Aunque no se sabe bien lo que representa es cierto que sus colores recuerdan una puesta de sol. Pero, a mí, después de la lectura, me ha dado por pensar que ese azul oscuro profundo es el lago en el que murió Lydia. Cosas mías.

      Buen finde para ti también.

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  7. Hola!
    No conocía Todo lo que no te conté y aunque esa primera frase ya me atrae es sin duda tu reseña lo que me da más ganas aún de leer esta novela.
    Me intriga mucho la trama familiar, como Hannah orbita alrededor de todos, casi ignorada.
    Un besazo

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    1. Me alegra haberte metido el gusanillo por leer esta novela. Espero que la disfrutes si finalmente te animas con ella.
      Besos

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  8. Lo leí hace unos años y recuerdo que me sorprendió de manera muy positiva. Me gustó mucho la historia y sobre todo, cómo está contada. La he recomendado varias veces.

    Besos!

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    1. La forma en la que está contada, indagando en todos los miembros de la familia, es todo un acierto. A mí no me gusta mucho recomendar lecturas pero en este caso creo que es casi una apuesta segura.
      Besos

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  9. Esta novela la tengo apuntada de hace tiempo, pero es tan infinita la lista que no le llega su turno. Con la fantástica reseña que has hecho, estoy segura que la disfrutaría mucho. A ver si consigo adelantarle puestos.
    Besotes!!!

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    1. Sí, creo que te gustaría. En cuanto a la lista de pendientes, todos estamos igual ;)
      Besos

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  10. Hola Lorena ha sido leer esa frase con la que se inicia el libro y tu reseña y querer leer el libro. Después le daba vueltas a esas frases que ya te ganan como lector, dicen que los primeros párrafos son fundamentales para entrar en el libro, para que te conquisten y quieras leerlo y en este caso ha sido así. Después he llegado a esa frase con la que acabas, la fragilidad de la felicidad y lo poco que pensamos en eso y en que debemos disfrutar porque es tan efímera y volátil que hoy está y mañana no.
    Gracias por la recomendación.

    Besos

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    1. A mí me dice más la cita con la que cierro la reseña que esa primera frase con la que arranca la novela. Pero es cierto que es leerla y querer saber qué le pasó a Lydia y por qué.
      Besos

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  11. La tengo apuntadisima pero nunca encuentro el momento de ponerme con ella, la voy dejando por otras lecturas más fáciles, tengo que hacerle un hueco ya. Preciosa reseña. Besinos.

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    1. Yo también la hice esperar lo suyo. No es una lectura difícil a pesar de lo que puede llegar a conmover.
      Besos

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  12. Post interesante, me encanta venir pues siempre me topo con algo que me gusta, un saludo y un gusto estar aqui.

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