La gravedad de las circunstancias - Marianne Fritz

Por todos es sabido que la historia de la Historia cambia según quién la cuente, que casi siempre tenemos la versión de los vencedores aunque cada vez nos ocupamos más de la silenciada de los vencidos. En lo que tal vez reparamos menos a menudo de lo que debiéramos, es en que esa Historia con mayúsculas no sólo se escribe en los campos de batalla y despachos de gobernantes sino que está conformada por millones de microhistorias. El hecho de que esas pequeñas historias se escriban con minúsculas, no debe llevarnos a menospreciar su importancia y su significado. Muchas veces son las vidas de personas anónimas, esas que quedaron arrasadas por la gravedad de las circunstancias que supone la Historia, las que explican con mucha mayor lucidez (para aquellos que sepan captar la lucidez que desprende la locura) el engranaje de esa gran apisonadora a la que llamamos Historia.

Afortunadamente para nosotros, no son pocas las ocasiones en las que la literatura pone el foco en esas otras historias e incluso las crea para nuestro deleite, enriquecimiento, comprensión y desasosiego. La que hoy os traigo es una de esas historias, una historia que además es piedra fundacional de un ciclo que tenía visos de convertirse en algo realmente gigantesco y monstruoso (en las mejores acepciones de los términos) si no hubiese sido por la prematura muerte de su autora.
"Quizá lo que hago sea ocuparme de todo lo que ciertos formularios, documentos o curriculum vitae, consignados a la manera de fichas, dejan al margen, omiten o no recogen; puede que lo que me mueva sean los espacios vacíos, eso de lo que no queda constancia, lo que se ha suprimido, lo que queda por mencionar, lo irrelevante, lo superfluo, lo excesivo, [...] a saber: ¿Vivencias? ¿Destinos? ¿Sufrimientos? ¿Martirios? Suplicios, errores que se pagan y se sufren".
La propia Marianne Fritz (1948-2007) es en sí una historia que ha sido sepultada por el olvido. Vivió recluida en su casa de Viena, ajena a los círculos sociales y literarios. Fue una escritora autodidacta para la que escribir (escribir, escribir) fue su principal (por no decir única) ocupación. Apenas hay imágenes de ella. Todo en su vivienda estaba pensado para no distraerla de su labor y, en los últimos años, para facilitarle el trabajo ante el avance de la dolencia que la aquejaba. Con su breve novela La gravedad de las circunstancias abrió su ciclo La fortaleza. La novela fue premiada, reconocida por la crítica y bien acogida por el público. No ocurrió así con sus posteriores publicaciones. En La gravedad de las circunstancias quedan ya patentes sus temas recurrentes y sus inquietudes literarias, así como su peculiar estilo y las técnicas narrativas utilizadas por la autora, por aquel entonces innovadoras. Sin embargo, la complejidad de esta primera novela se vuelve superlativa en las siguientes entregas. El hecho de pasar de apenas sobrepasar el centenar de páginas a desbordar varios millares no ayuda a suavizar la beligerancia de las críticas. No obstante, entre tanto vilipendio, hubo también quien supo intuir (casi predecir) el valor y talento de la escritora austriaca, tal y como confirman las siguientes manifestaciones:
"Este libro espera otros intérpretes. Lo que a mí se me impuso como una obligación será un reto para otros. Marianne Fritz no carece de talento ni su obra es un fracaso lamentable. No cabe descartar que su novela merezca el empeño de algún que otro seminario. Lo más probable es que un sindicato de descifradores se encargue de esta prosa..." 
"Si este libro no tiene gran aceptación entre las masas, no será por culpa de la autora, sino a causa de la pereza de nuestra práctica lectora, que sin motivo alguno se resiste a entrar en esta clase de creaciones".
¿Qué me decís? ¿Aceptáis el reto? ¿Os animáis a entrar en la creación que os propongo? Antes de que me contestéis, tan sólo unas puntualizaciones: las críticas que os he dejado hacen alusión a una obra posterior a ésta; La gravedad de las circunstancias, aunque comienzo de un ciclo narrativo, es una novela autoconclusiva; y, aunque no exenta de cierta complejidad al no seguir una estructura lineal y albergar algún pasaje confuso en cuanto a interpretación, y si bien es cierto que proclive a varias relecturas, la historia que en ella se narra es perfectamente comprensible. Quiero aprovechar también la oportunidad para felicitar a Alpha Decay por rescatar esta joya para el lector español y a Juan de Sola por su prólogo y su traducción. Y, ahora sí, para aquellos a los que no haya aburrido mortalmente y hayáis llegado hasta aquí con ánimo de continuar leyendo, comienzo a hablar de La gravedad de las circunstancias.

Berta Schrei, como le echa en cara su pequeña hija Berta, es "una persona número trece". Berta nació un 13 de enero, y el 13 de enero de 1960 y el 13 de enero de 1963 tienen mucha importancia en su vida. También lo tienen el año 1945 y el 1958. En 1958, Berta pone "fin a sus creaciones fracasadas". En 1945, entra en su vida Wilhelm. Wilhelm llega y la mira con los ojos de Rudolph. Rudolph era su amor, un profesor de música al que espera y del que espera un hijo. Wilhelm llega para cumplir la promesa que le hiciera a Rudolph. Wilhelm y Berta se casan.

wedding ring. Fotografía de Bradley Gordon

Berta es un ser ultrasensible, un alma cándida que está convencida de que le falta "una gran dosis de interioridad. Esa fe en uno mismo". Wilhelm es una persona indecisa, competente en su trabajo (entendiendo la competencia como el deber cumplido y, en su caso, también como una actitud camaleónica) y cuyo mayor error es creer "que la locura no tiene su lógica". A la pareja de personajes se les une Wilhelmine, amiga de Berta, una mujer resolutiva pero que pareciera que siempre tiene que quedar por encima de los demás.

Berta da a luz a un niño al que llama Rudolph y, cinco años después, a una niña que recibe el nombre de Berta. Sus esfuerzos por ser una buena madre la consumen y las dudas en cada decisión sobre la educación de sus hijos la abruman. Comienza a introducirse en una espiral de locura. Se fija en detalles que nadie más parece captar y tiene sueños extraños a los que presta suma atención pues piensa que sus sueños tienen que ver con la realidad. 

El título de La gravedad de las circunstancias hace referencia a aquello "que la historiografía resume en el concepto "Segunda Guerra Mundial"". Las páginas que contiene retratan un mundo que "necesita sepultureros, si quiere mantener el orden" y habitado por "niños mendigos en cuyos ojos se reflejaba el hambre, débiles mentales en cuyos ojos asomaba la imbecilidad" y por "fantasmas, [...] criaturas desgreñadas, sucias, asilvestradas que todo el mundo fingía no ver y de las que todo el mundo huía". Pero, ante todo, lo que La gravedad de las circunstancias narra, es la lucha y claudicación de Berta ante "las zarpas de la vida que todo lo modelan".

Esas zarpas son las zarpas de todo aquello que no controlamos y nos cae encima. Berta Schrei es un exponente de todas esas vidas que han quedado truncadas bajo el peso de la Historia, bajo esa mole de apisonadora que aplasta sin contemplaciones pero que, sin embargo, deja a su paso el campo abonado para eso que llamamos progreso. La pregunta sería cuántos cadáveres yacen bajo el piso que nos sostiene, cuántas vidas se han tenido que destruir y herir para que la Historia haya tomado el desvío que contempla nuestra existencia y nuestro mundo tal y como lo conocemos. La pregunta sería cómo evitar que el engranaje de esa gran rueda que es la apisonadora cause una y otra vez la misma herida, una herida a la que no le da tiempo a cicatrizar. La herida de la vida está sin curar. Por eso esta obra de Marianne Fritz escuece.
"Tienes que reflexionar, Berta, querida. Eso es lo que tienes que hacer: reflexionar. La vida es una herida que cuesta curar. [...] La vida, dicen los sabios, parece incurable. [...] Da cuenta de la vida y provocarás dolor. Da cuenta de la muerte y provocarás alivio.
[...]
No cabe duda. La vida ha venido a ver a Berta. A Berta Schrei. Y la vida, como sabemos todas, ¿no es verdad, Berta? Lo sabemos todas. La vida es esperanza y la esperanza es una herida. No cabe la menor duda. El círculo se cierra. ¿No es así?
[...]
¿No lo sabe? ¿Cómo? ¿No sabe que la esperanza es una herida? Entonces, ¿qué es lo que sabe?"
Una virgencita. Fotografía de Miguel Vaca



Ficha del libro:
Título: La gravedad de las circunstancias
Autora: Marianne Fritz
Prologuista y traductor: Juan de Sola
Editorial: Alpha Decay
Año de publicación: 2016
Nº de páginas: 156
ISBN: 978-84-944896-3-1
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Comentarios

  1. Pues he de confesar que me has metido un poco de miedo, sobre todo en lo que se refiere a la continuación, pero sí me animaría a entrar en esta, a ver si me da la neurona (últimamente la tengo un pelín colapsada, a ver si llegan las vacaciones).
    Hablando en serio, creo que es una visión muy distinta a lo que acostumbramos a leer con la guerra como telón de fondo, no me importaría nada leerla.
    Besos.

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    1. A mí también me daría miedo ponerme con sus libros posteriores.
      La guerra actúa en la novela como desencadenante de la historia. Cuántas vidas viradas y truncadas.
      Besos

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  2. Como creo que ya te comenté, empecé a leerla hace unos meses y la dejé porque me pareció demasiado compleja, no era mi momento para ella. Ahora, leyéndote, la rescató de mi memoria y creo que merece la pena darle una oportunidad. Los temas que trata me parecen sumamente interesantes y creo que tiene un estilo tan propio que puede aportar por ella misma muchísimas cosas interesantes y un punto de vista realmente diferente. Gracias por tu reseña y por darme ese empujón.

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    1. Sí, me habías comentado. A veces no cogemos un libro con buen pie. Prueba otra vez, pero si ves que no entras en ella tampoco te ofusques. Será por libros ;)
      Besos

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  3. En mi momento actual de poca concentración dudo que pudiera disfrutarla. La premisa inicial me parece interesante, así que no lo descarto en otro momento.
    Un beso ,)

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    1. Mejor ir leyendo lo que apetece a cada momento y dejarla en la retaguardia por si acaso.
      Besos

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  4. Parece interesante y compleja, la apunto aunque no sé en qué momento la leeré. Me ha gustado especialmente ese ese descubrir el "peso de la historia" y como acaba cambiando una vida, me parece un tema fascinante ver como hay hay personas que se acaban derrotando y otras en cambio consiguen superar las circunstancias más adversas.
    Me gusta la nueva imagen de tu blog.
    Besos

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    1. Gracias. La he cambiado hace algunas semanas. Creo que así el blog gana en algunas cosas aunque tal vez pierda en otras. De momento así se queda.
      Supongo que nadie sabe cómo va a reaccionar ante determinadas circunstancias hasta que le toca vivirlas. Ojalá nadie tuviera que sufrir la devastación de las guerras.
      Besos

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  5. Nuestra propia historia cambia según quien la cuente, así que no veas la Historia...

    Siendo una temática que siempre he buscado, porque pienso que no todas las historias están contadas, reconozco que desde hace tiempo dosifico mucho estas lecturas. Con Alpha Decay tengo una relación extraña porque he tenido varias decepciones con sus libros. Es una editorial que arriesga, sin duda, pero le da tanto bombo a sus propios libros que termino por mosquearme. No obstante confío en ti, así que le echaré un vistazo a este libro.

    Un abrazo

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    1. Hay tantas versiones de la verdad y a la vez ninguna de ellas es única...
      Si no me falla la memoria me estreno con Alpha Decay con este libro. Le tenía echado el ojo desde que salió el año pasado sin saber más de él que lo que ofrecía la sinopsis de la editorial (la verdad que hay poca información disponible tanto del libro como de la autora). De esos libro que te dicen 'léeme'.
      Más que de mí deberías fiarte de ti misma y seguir tu intuición, pero voy a ser un poco mala y contarte que hay una escena en la novela que me trajo a la memoria otra de 'La plaza del diamante'. A partir de ahí no pude evitar hermanar a Berta con Natalia. Ahí te lo dejo.
      Un abrazo

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  6. Con razón le dije ayer a mi librera que me volvería a ver pronto...Me apasionan los escritores que viven la literatura no como un medio de subsistencia o para lograr la fama, sino como expresión de su propio espíritu, como necesidad ineludible. Su obra posterior da un poco de vértigo, pero con esta en concreto me atrevo. Ya te contaré.
    Abrazos.

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    1. Creo que eso es precisamente lo que buscamos como lectores, libros en los que sus autores se ocupen más de la calidad literaria y de plasmar en ellos sus inquietudes que de las futuras cifras de venta o la repercusión mediática.
      A mí también me daría vértigo embarcarme en su obra posterior. De todas formas, hasta donde sé, éste es su único libro traducido al español, así que tenemos excusa.
      Tu librera estará contenta.
      Un abrazo

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  7. Ahora no podría ponerme con este libro. Puede que más adelante. Un besote!!

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