Para acabar con Eddy Bellegueule - Édouard Louis

Todos pertenecemos a algún sitio. El sentimiento de pertenencia es inherente al ser humano, al igual que la necesidad de relacionarnos socialmente y pertenecer a un grupo. Somos animales sociales, nuestro valor individual es innegable pero tenemos que sentirnos integrados socialmente para sentirnos plenamente realizados y alcanzar eso que llaman felicidad. El primer grupo social al que pertenecemos es la familia, le siguen el colegio, el instituto, grupo de amigos, vecindad,... Sería fácil pensar, pues, que uno pertenece al lugar en el que nace, en el que se cría, pero no siempre es así. A veces no encajamos, somos extraños, sentimos rechazo, nos sentimos culpables incluso como si estuviésemos traicionando aquello que se espera de nosotros, hacemos lo posible y lo imposible por aparentar ser lo que no se es y así sentirnos uno más de la manada. Craso error. No se puede pretender ser quien no se es, no se debe querer ser quien no se es. El rechazo hacia uno mismo siempre será más doloroso que el de los otros, aunque no nos lo parezca. Somos seres sociales, sí, necesitamos el sentimiento de pertenencia, de integración, pero no a costa de inhibirnos individualmente. Algunos tienen la suerte de nacer en el lugar al que pertenecen, otros tendrán que recorrer un largo camino para llegar a él. Esta es la historia de cómo Eddy dejó atrás un mundo que no era el suyo. Esta es la historia de cómo Eddy Bellegueule se convirtió en Édouard Louis.
"Prefería aparentar que era un chico feliz. Me convertía en el mejor aliado y, hasta cierto punto, en el cómplice de esa violencia (y no puedo por menos de preguntarme, años después, por el sentido de la palabra complicidad, por las fronteras que separan la complicidad de la participación activa, de la inocencia, de la despreocupación, del miedo)."
Portada de Para acabar con Eddy Bellegueule
Eddy nació a principios de la década de los noventa del pasado siglo en una pequeña población rural del norte de Francia. Es la suya una región marcada por un fuerte determinismo social. Los chicos van al colegio, con un poco de suerte a la escuela le sigue la formación profesional, de allí, los hombres directamente a la fábrica del pueblo, las mujeres a trabajar de dependienta, cajera,... Chicas embarazadas jóvenes, matrimonios prematuros. Hombres que demuestran su hombría a fuerza de puños y alcohol, mujeres que disculpan el comportamiento de sus machitos y secretamente se enorgullecen de él. El mismo comportamiento, año tras año, generación tras generación, el mismo patrón. El que no lo sigue es un paria, un marginado, víctima de burlas y de quién sabe qué más. Nacer homosexual en un mundo de machos es un atentado a la hombría del lugar, parecerlo es una condena sin opción a revisar. El pecado no es serlo, el pecado es que se note, siempre, eso no tiene perdón.

No he condenado a este libro de antemano pero sí digamos que lo he puesto en cuarentena. Desconfío a veces de los libros basados en hechos reales por más que me interese el tema. El hecho de tratarse de un testimonio real no necesariamente hace mejor a un libro, muchas veces la ficción nos acerca a la realidad de forma mucho más objetiva y menos parcial. Este libro venía avalado por unas críticas extraordinarias, tal vez demasiado buenas, lo que le hace un flaco favor. Leí luego opiniones de lectores, especialmente de algunas compañeras blogueras cuya opinión valoro, y decidí levantar la cuarentena. ¿Pasó la prueba? Sí, con creces, pero repito: sus excelentes críticas son su peor aliado. El libro es bueno, mi mayor duda era si su autor sabría contar su historia de manera comedida, honesta, sin caer en sensiblerías, y lo ha sabido hacer. Ha sabido qué rescatar y qué descartar, cómo hilvanar anécdotas, cómo jugar con el hilo temporal. Ha sabido mantener el ritmo e intercalar su propio registro con el del resto de personajes. Su narración es sencilla, directa, honesta, veraz, dura, sin ser desgarradora. Su libro es bueno, sí, pero no brillante, le falta eso que no se puede explicar. Y no es esta una crítica negativa. La historia de Eddy es una buena lectura y muy recomendable además, pero no la considero, ni reveladora, ni el libro del año, ni estas... (no sé cómo calificarlas) cosas que se suelen decir. Concedo, eso sí, que Édouard Louis escribió este libro con solo veintidós añitos y que la madurez que muestra en él como escritor es asombrosa. No estamos pues ante alguien que escribe su historia, sino ante un escritor que cuenta la suya propia. Cabría aquí otra duda: ¿sería Louis capaz de contarnos una historia que no fuese la suya? El tiempo lo dirá. A mí esta duda no me crea conflicto, soy de las que piensa que se puede ser escritor escribiendo un único libro, o incluso sin escribirlo.

A Édouard Louis, nombre que adoptó Eddy Bellegueule en 2013, se le ha llegado a comparar con Zola y Dickens. A mí personalmente su libro me ha traído reminiscencias de "Las cenizas de Ángela". Su ambientación, la atmósfera decadente, el estrato social,... y todo ello a pesar de no compartir ubicación geográfica ni temporal. Me han sorprendido las condiciones en las que vivían Eddy y su familia teniendo en cuenta que estamos hablando de una Francia prácticamente contemporánea a nuestros días. Supongo que el hecho de que ambos protagonistas sean niños, sus historias sean reales y contadas por ellos mismos, y que los dos emprendieran esa especie de huida hacia adelante ha influido en que mi subconsciente haya conectado ambas lecturas a pesar de todo lo que las separa. Ambos dejaron atrás un mundo al que no pertenecían, pero el rechazo que sufrió Eddy fue mucho más brutal.

fábrica. Fotografía de Laura Escobedo
Vergüenza y burlas es lo que recibe nuestro protagonista como pago a su descarada homosexualidad. Sus andares, su voz, sus grititos, su gestualidad, delatan desde temprana edad sus formas afeminadas y amaneradas. Sus padres nunca terminarán de aceptar y comprender a ese hijo suyo, Eddy tampoco conseguirá aceptar como propio ese mundo sucio, pobre, ignorante, violento, machista e intolerante. Sufre acoso escolar, algo desgraciadamente tan de moda en nuestra sociedad y en nuestros días, y lo sufrirá silenciosamente, esto sí es capaz de esconderlo. Se esforzará en estar a 'la altura' de lo que se espera de él, en mimetizarse con su ambiente y convertirse en un tipo duro. Nosotros, lectores, seguiremos sus esfuerzos, su incomprensión bidireccional, su soledad. Yo sin embargo, y a pesar del rechazo que me produce el determinismo social que ahoga a Eddy, no puedo evitar en ocasiones sentir un punto de ternura hacia sus padres. Será que la ternura es hermana de la lástima que me inspiran los que no saben escapar de sus propias cadenas, será que Édouard Louis no solo ha sabido contar su historia si no la de un modelo social que espero y deseo esté ya en vías de extinción.

Y algo así también debió de desear Eddy porque al final su única opción fue dejar todo ese mundo atrás. A veces la decisión es simple: uno mismo o los otros. A Eddy se le presentó la ocasión y no la dejó escapar. Y así consiguió erigirse en lo que tanto se esforzó por ser y sin sospecharlo ya era, en lo que su familia y sus vecinos le reivindicaban y no supieron ver en él. Eddy Bellegueule, Édouard Louis o como quiera llamarse, desde que emitió sus primeros grititos, desde que balanceó por primera vez sus caderas al andar, desde que sus manos se atrevieron en una incontrolable danza a agitar la irrespirable atmósfera de su supuesto hogar, siempre fue, siempre ha sido, un auténtico tipo duro. Su libro lo demuestra.
"No creo que a los demás -mis hermanos y hermanas, mis colegas- los hiciera padecer tanto como a mí la vida en el pueblo. Yo, que no conseguía ser uno de ellos, de ese mundo tenía que rechazarlo todo. El humo era irrespirable por los golpes; el hambre era insoportable por el odio de mi padre.

Había que salir huyendo.

Pero de entrada a uno no se le ocurre espontáneamente huir porque no sabe que existen otros sitios. No sabe que la huida es una posibilidad. Al principio intenta ser como los demás, y yo intenté ser como todo el mundo."
Drewryville District School - Corridor. Fotografía de Taber Andrew Bain

Ficha del libro:
Título: Para acabar con Eddy Bellegueule
Autor: Éduoard Louis
Editorial: Salamandra
Año de publicación: 2015
Nº de páginas: 192
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Comentarios

  1. Un libro interesante qué duda cabe y me atrevería decir que necesario. No sé si lo leeria a corto plazo, pero no lo descarto. Un saludo y magnífica reseña.

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    1. Es necesario sin duda que la literatura trate estos temas y que nos haga ponernos en la piel del otro. Me alegra que te haya gustado lar eseña.
      Besos

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  2. Está bien saber dosificar las expectativas, sobre todo cuando uno se enfrenta a una lectura de este tipo. Lo leería sin duda, como dice Alejandra, creo que es una lectura necesaria, aún en estos tiempos.
    Besos.

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    1. Aún en estos tiempos o precisamente en estos tiempos. A veces pienso que se reivindica mucho la libertad personal pero paradójicamente crece la intolerancia hacia los demás. Espero que te guste si lo lees.
      Besos

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  3. Otra lectura que espera su turno en mi estantería. Creo que es un tema sobre el cual hay que hablar y leer, ya que los pueblos como el de Eddy siguen existiendo, más cerca de lo que nos gustaría. Y no parece que vayan a desaparecer, desafortunadamente.
    En cuanto al autor, "time will tell"...
    besos

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    1. Pues sí que parecen que siguen existiendo. Una de las cosas que más me sorprendió del libro fue precisamente su ambientación, que me llevó un poco a épocas pasadas cuando en realidad los hechos se han producido prácticamente en nuestros días.
      Ya me contarás cuando le llega el turno.
      Besos

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  4. En principio no me llama demasiado la atención. Además, tienes razón, a mí también me pasa que cuanto más intentan venderme un libro más desconfío, porque las decepciones después son más grandes. De momento no me haré con él.
    ¡Un beso!

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    1. Que conste que decepción no me he llevado con él, simplemente hay que saber poner cada cosa en su lugar. A por otro entonces que apetezca más.
      Besos

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  5. ¡Hola!
    Tengo ganas de leerlo desde hace tiempo pero lo voy dejando pasar. En mi caso me atraen mucho los libros que están basados en hechos reales.
    Me han quedado ganas de leerlo y la próxima vez que lo vea en la biblioteca me animaré a cogerlo.
    Un beso

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    1. No es que no me atraigan las historias reales es tan solo que pienso que un libro no necesariamente tiene que ser mejor por estar basado en hechos verídicos.
      Espero que te guste.
      Besos

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  6. Lo tengo más que anotado desde que vi las primeras reseñas. Me alegra que haya pasado la prueba. Es cierto que las expectativas juegan muy malas pasadas.

    Un beso

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    1. A veces sí que las juegan. También es verdad que vamos desarrollando un instinto lector y muchas veces acertamos de antemano si un libro nos va a gustar o no independientemente de sus críticas. Espero que te guste. Ya me contarás.
      Besos

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  7. No había leído ninguna reseña de este libro, así que ha sido todo un descubrimiento. Me parece muy interesante, no descarto leerlo más adelante.

    Besitos

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    1. Me alegra habértelo dado a conocer. Ya me contarás si te animas con él.
      Besos

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  8. Me parece muy interesante y se agradece que el tema no se abarque con condescendencia ni de manera cursi. Es tràgico que una persona no logre encajar cerca de las personas que màs le conocen. Como padres tambièn debe ser difìcil màs aùn sin creencias religiosas y la fe, estàn de por medio. Gracias por reseñar.

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    1. Se aborda de manera muy serena, sin hacer sangre ni explotar la vena sensible. Supongo que el autor en cierto modo ya ha dejado atrás esa etapa de su vida o tal vez le haya dado carpetazo con este libro.
      Es bueno también hacer el ejercico de ponerse en el lugar de los padres, y yo con este libro lo he hecho a pesar de que mi mentalidad es muy diferente a la de ellos. No es un caso de diferencias o no aceptación por motivos religiosos, pero ya que lo mencionas, qué pena que la religión sirva tantas veces como motivo de desencuentro.
      Gracias a ti por leer y comentar.

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  9. Muy buena Lorena la reseña, y ese distinguir entre esa historia que nos cuenta y las próximas que puedan haber.
    A veces, la crítica hace un flaco favor a algunos libros porque se generan muchas expectativas y acaban defraudando, me alegra que en este caso no haya sido así.
    Gracias por compartirlo.
    Saludos

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    1. Veremos si Édouard Louis nos deleita con más libros.
      Cierto lo de las críticas. En cualquier caso, que cada uno lea y juzgue por sí mismo. Lo que yo expongo aquí al fin y al cabo no es más que mi opinión personal.
      Besos

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  10. No conocía este libro, pero lo reseñas tan bien y el tema me resulta tan atrayente, que creo que me haré con él. me corta un poco la comparación que haces con "Las cenizas de Ángela" que es un libro que, sin ser malo, yo no lo recomendaría. Éste, no obstante, tiene matices que me resultan mucho más interesantes como es la lucha por la propia libertad y el derecho a ser quien eres y no quien se supone que deberías ser.
    Tus recomendaciones son muy buenas. Estoy terminando "La bofetada".
    Un beso.

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    1. El tema es atrayente, porque aunque es una historia personal no deja también de ser un problema social, y por ello piensa que nos debe interesar.
      Me ha recordado a "Las cenizas de Ángela" por el ambiente de pobreza y ese alcoholismo al que parece que no pueden escapar los padres de familia, y también supongo porque ambas novelas son casos reales que tienen como protagonista al propio autor de niño que al final abandona su lugar de nacimiento y crianza. Poco más tienen que ver. "Las cenizas de Ángela" es un libro mucho más entrañable que me gustó mucho pero que leí hace muchos años (ya no soy la misma lectora). Este otro, como bien señalas, tiene el aliciente de tratar el tema de sentirse diferente y no encajar, y cómo sobreponerse a ello y aprender a aceptarse, además de la valentía de romper con todo lo conocido.
      Me alegra saber que estás leyendo "La bofetada". Me encantará leer tu reseña.
      Besos

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  11. Primera reseña que leo de este libro. Y además no lo conocía. Y me lo llevo bien apuntado tras leer tu reseña.
    Besotes!!!

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    1. Pues me alegro de habértelo descubierto. Espero que te guste.
      Besos

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  12. Lo tenía apuntado, creo que por temática me gustará =)

    Besotes

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    1. La temática es tentadora, sin duda. Seguro que te gusta conocer a Eddy.
      Besos

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  13. Tenía este libro también en cuarentena, de hecho sigue estando. Hay libros que los compro, y los dejó ahí, en esa cuarentena que puede acortarse o alargarse a costa de impulsos que ni yo misma controlo, la verdad. Muchas veces es la necesidad de que ese "ruido" de críticas muy positivas se amortigüe un poco, y así poderlo leer desde un silencio que me permita "escuchar" mejor lo que el libro me cuenta (y cómo). Desconfío mucho de los libros "del año", y sobre todo de "obras maestras" cuando recién acaban de ser publicadas. Solo el tiempo da a cada libro su lugar. Vaya, como a las personas, jajajja.

    No sé si eso que te ha faltado es precisamente lo que de más pusieron las expectativas, yo lo dejaré un poco más de tiempo en descanso y cuando lo lea ya te diré si me faltó ese algo. O me sobró ;)

    Un abrazo

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    1. Conste que lo de libro del año ha sido licencia mía pero sí que sus solapas recogen críticas entusiastas y se compara a su autor con Zoila y Dickens. El tiempo pone a cada uno en su sitio, a los libros también; para mí es un indicado magnífico de calidad. Viene bien poner a los libros bajo cuarentena, juzgarlo por sí mismos, sin compararlos con otros y sin la presión de las expectativas. En cualquier caso pienso que el libro de Édouard Louis es una buena lectura, que te gustaría (no sé si entusiasmaría) y que trata un tema que me gusta que contemple la literatura. Y creo además que el autor lo presenta en su justa medida, pero ya me dirás tú si te sobra o te falta algo.
      Un abrazo

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  14. Yo también tenía ciertos recelos hacia este libro aunque, la verdad, no había leído demasiadas reseñas sobre él: mis recelos venían sobre cómo el autor enfocaría un tema tan complicado como el bullying sin caer en los tópicos. Afortunadamente creo que el autor ha sabido contar su historia sin regodearse en ella: creo que su relato está contado con cierta distancia y eso contribuye a no caer en los sentimentalismos baratos sin quitarle un ápice de fuerza. Ciertamente no es un libro brillante, pero aún así no dudo en recomendarlo. Lo que más me perturba es que últimamente he conocido a bastante gente francesa de esas regiones periféricas que me cuentan que la realidad de esos lugares es así: para mí Francia iba ligada a una idea de romanticismo que, al parecer, en la actualidad dista mucho de ser real. Muy buena reseña, 1beso!

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    1. Me ha sorprendido la ambientación porque me recuerda a tiempos más de principios del siglo XX que de finales. Lo mejor del libro es que su autor no cae en sentimentalismos, como bien señalas, y cuenta su historia con naturalidad y gran serenidad.
      Por las pocas reseñas suyas que leí (incluida la tuya) pensé que el libro se centraría más en el tema del bullying. Sin embargo el acoso escolar es algo más en la experiencia de Eddy, o una consecuencia del entorno en el que vive y su condición. Al final todo es un pack que incluye el bullying. El libro arranca precisamente hablando de ello y qué magníficas reflexiones aporta. Sí me gustaría leer un libro centrado en el bullying pero en una socieda más moderna y progresista, como la nuestra, en la que nos creemos todos tan liberales y tolerantes, a ver qué saldría.
      Ha sido una buena lectura y en part tu reseña ha sido un empujoncito que me ha llevado hasta ella, así que gracias.
      Besos

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